Sindicatos de la Sanidad pública vasca acusan a Osakidetza de haber vacunado contra el coronavirus a empleados prejubilados que en el momento de la vacunación no trabajaban en los centros vascos de Salud, antes que a personal sanitario que desarrolla sus funciones en primera línea de riesgo. La vacunación a profesionales en situación de prejubilación se ha realizado, según las centrales, al menos en la principal Organización Sanitaria Integrada (OSI) de Álava, que incluye los hospitales públicos de Txagorritxu y Santiago.
El criterio que sigue la dirección de Osakidetza a la hora de vacunar a su personal sanitario genera cada vez más dudas. A las recientes dimisiones de los directores gerentes de Santa Marina y Basurto por saltarse el protocolo de vacunación impuesto por el departamento de Salud, habría que sumar ahora los casos de sanitarios prejubilados, vacunados frente al coronavirus a pesar de que en esos momentos no trabajaban en los centros hospitalarios alaveses, una circunstancia que ha sido denunciada por los representantes de los trabajadores. El "descontrol" y la "improvisación" a la hora de fijar un criterio profesional para vacunar al personal sanitario, según diversas fuentes sindicales, se debería a la propia estructura organizativa de Osakidetza en el ámbito de la toma de decisiones. "El departamento de Salud envía unos criterios demasiado generales, sin concreción, así que las decisiones sobre a quién se vacuna primero no las toma el Departamento sino cada OSI, que funciona independientemente", según explican fuentes presentes en la mesa sectorial de Salud, donde el jueves pasado participaron tanto la directora general de Osakidetza como la de Personal.
Cada OSI se autogestiona
Al frente de cada Organización Sanitaria Integrada (OSI) en Euskadi hay un equipo directivo compuesto por una dirección médica y otras de enfermería, atención integrada, personal y dirección económica y financiera. Existe, a su vez, un departamento de salud laboral, es decir, un equipo médico que en cada OSI se encarga de gestionar las necesidades sanitarias de la plantilla de Osakidetza. Son estas unidades básicas de prevención las que deciden el orden de vacunación en cada OSI, según fuentes internas del Hospital de Basurto (Bilbao). "Cada OSI tiene la última palabra sobre a quién se vacuna en cada centro, y si no fuera así no estaría cumpliendo con sus funciones asignadas", resumen fuentes sindicales.
El problema, según estas mismas fuentes, reside en que "no hubo un trabajo previo por parte del Departamento de Salud de cribado a la hora de estipular a quiénes se vacunaba". De esta manera, al acceder al archivo informatizado de personal, en las OSI se encuentran perdidos y no tienen constancia de si el personal al que están llamando está, por ejemplo, "prejubilado o tiene anticuerpos", lo que habría generado un "auténtico descontrol" a la hora de llevar a cabo las vacunaciones. "Hay profesionales que por solidaridad con otros compañeros no han querido ser vacunados a pesar de haber podido, pero otros no han querido negarse porque en el registro hubiera figurado su negativa sin que se añadiese ningún tipo de explicación", explican estas mismas fuentes.
El caos en algunos de los procesos de vacunación se ejemplifica en el caso de la OSI de Álava. Hasta el punto de que este martes, tal y como ha podido saber este diario, una representación de la plantilla de la OSI de Álava hará una pregunta por escrito para que los responsables sanitarios expliquen cómo se ha podido vacunar a personal prejubilado que ni siquiera está trabajando en este momento, antes que a personal que está en primera línea de riesgo frente al coronavirus.