La consejera de Salud del Gobierno vasco, Gotzone Sagardui, ha comparecido ante el Parlamento vasco para informar de la investigación realizada en torno a la vacunación irregular detectada en los hospitales bilbaínos de Basurto y Santa Marina de sus gerentes, Eduardo Maiz y José Luis Sabas, que se vieron obligados a dejar sus puestos. Según los datos que ha aportado, a día de hoy 44.838 vascos han recibido la primera dosis y 7.107 la segunda, por lo que para ella supone que la estrategia de vacunación de Euskadi "se está cumpliendo según lo previsto". En el caso del personal de Osakidetza, se ha administrado la primera dosis a 11.299 trabajadores y la segunda a 61, lo que significa que un 26,8 % de estos profesionales han recibido la vacuna.
Sagardui ha recordado además que en las residencias de personas mayores se está administrando la segunda dosis, al tiempo que se continúa con la inoculación de la primera en el ámbito sanitario. "Si las previsiones de recepción de dosis adjudicadas a Euskadi se cumplen, y enfatizo esta idea, se finalizaría la administración de las primeras dosis a la plantilla de Osakidetza la segunda semana de febrero", ha añadido. La consejera ha indicado que, a estas alturas de la pandemia, "si hay algo que la sociedad vasca sabe, es el orden de preferencia de las personas destinatarias de las vacunas: personas mayores en residencias, el personal que las atiende y, después, el personal médico que atiende a personas con o sin covid en centros sanitarios".
A su juicio, el director gerente de en el hospital de Basurto debió administrar su dosis a personal en contacto directo con los pacientes o "consultar a la dirección general en caso de duda". Una imprudencia que tiene su origen en el sobrante de dos víales- el equivalente a diez dosis- tras la vacunación en las residencias en torno a la OSI de Basurto.
Son la Unidad Básica de prevención y la dirección de la OSI quienes deben decidir cómo administrar estas vacunas antes de que pierdan su eficacia y seleccionan así a nueve personas que cumplen los criterios generales, de las cuales se vacunan seis respondiendo a cuestiones de salud. Es entonces cuando las dosis restantes van a parar a los cuatro responsables del hospital, entre ellos su director, Eduardo Maiz.
La responsable del Departamento de Salud ha admitido además, que la vacunación masiva en Santa Marina fue un "error" fruto de "una descoordinación" y, según explica, ha tenido dos consecuencias. Por un lado, "la descompensación en esta fase inicial en la administración de vacunas entre personal", por otro "el refuerzo de los circuitos de información y coordinación para lograr que el proceso de vacunación en Osakidetza sea, de aquí en adelante, lo más homogéneo y adecuado a los criterios de prioridad que sea posible".
Respecto a la administración de vacunas en Santa Marina, Sagardui ha informado de que más de 500 personas fueron vacunadas en el centro, entre ellas el director gerente, lo que "correspondía a un error de coordinación", ya que los criterios no contemplan vacunar a más de la mitad de la plantilla para evitar que un efecto secundario no anule el total de la actividad.
"Seguimos atentas a lo que ocurre en el proceso de vacunación por si hubiera alguna administración inadecuada. Para nosotras era importante venir cuanto antes al Parlamento para dar cuenta de lo ocurrido y el resultado de la recogida de información que hemos realizado", ha añadido.