Preocupación. Las tres asociaciones vascas de apoyo contra el cáncer se muestran preocupadas después de que los diagnósticos precoces entre sus pacientes hayan caído un 21%, según las cifras que manejan desde estas asociaciones. Este retraso en los diagnósticos, sumado a la falta de vacunación, ha potenciado su ansiedad y el miedo entre unos enfermos vulnerables al coronavirus. Ante esta situación, los pacientes precisan apoyo y ayuda por duplicado. Necesitan un tratamiento oncológico por su enfermedad y un tratamiento psicológico y emocional para enfrentarse a las consecuencias de la covid-19.
En el contexto del Día Mundial contra el Cáncer, la pandemia continúa generando una doble alarma a estas personas que la sufren de forma más crítica. Los pacientes siguen con sus tratamientos, pero ha habido una bajada en las consultas de atención primaria presencial. Uno de cada cinco pacientes no han sido diagnosticados, o se han diagnosticado tarde, durante el confinamiento, según las asociaciones oncológicas de Euskadi. "Las consultas son telefónicas y no permiten saber si hay indicio de tumor o no", asegura Juan Ormazabal, presidente de la AECC de Gipuzkoa. Este déficit en la atención primaria genera que lleguen menos diagnósticos al hospital y por lo tanto, ralentiza el diagnóstico precoz, clave para su detención y tratamiento.
La covid-19 agrava la difícil situación por la que pasan estas personas que tienen que recibir tratamiento oncológico y, cada vez más, tratamiento psicológico y emocional. En la primera ola el 34% de los pacientes de cáncer sufría ansiedad y depresión por la pandemia. En diciembre esta cifra ha aumentado, ha llegado a afectar al 41% de pacientes que sufren estos trastornos. Este aumento se debe a la incertidumbre y miedo que produce el propio coronavirus y su protocolo de vacunación. Los enfermos de cáncer piden que se les incluya, cuanto antes, en el calendario de vacunación por ser pacientes de riesgo. Sin embargo, aun no han recibido información relativa a ese tema. "Todos los recursos son para la covid-19, pero hay enfermedades graves, como el cáncer, que no pueden olvidarse", recalca Patxi Ormazabal de la AECC de Álava, quien asegura que la asociación ha tenido que aumentar el número de atenciones debido a los problemas, sobre todo, psicológicos que ha generado la pandemia.
El 2020 ha estado marcada por la pandemia del coronavirus, pero el cáncer sigue siendo el principal problema sociosanitario a nivel mundial, siendo la segunda causa de muerte y con un crecimiento de más del 30% de nuevos casos previstos para el año 2030. Se recuerda igualmente que en este contexto aparecen nuevas y severas afecciones, como el impacto sanitario derivado de la atención preferente a personas infectadas o problemas de salud mental, con un 30% de los pacientes con ansiedad severa por el confinamiento y problemas económicoslabores con costes derivados de la enfermedad que en un 45% asumen las propias familias. Las asociaciones contra el cáncer recuerdan que en un año pandémico en todo el país murieron por cáncer 214.000 personas, casi el triple que por coronavirus, en torno a 60.000.