El Gobierno vasco guarda vacunas contra el coronavirus para garantizar las segundas dosis. Salud asegura que forma parte de su estrategia: que debe haber una remesa disponible por si falla el suministro de los laboratorios. Su plan, en el que este martes ha insistido la consejera Gotzone Sagardui, ha situado a Euskadi a la cola en el ritmo de vacunación, pero la inmensa mayoría de las fuentes sanitarias y sindicales consultadas por este diario consideran que la decisión tiene sentido, tanto médico como logístico. Más allá de quienes tratan de convertir la vacunación "en una competición" entre comunidades autónomas, no ven aquí un gran problema. Sin embargo, cuando uno habla con personal médico, con enfermeras, con celadores, con sindicatos o conductores de ambulancias, todos ellos, coinciden en que el proceso de vacunación que arrancó en Euskadi a finales de diciembre sigue siendo en la actualidad "caótico". ¿Qué ocurre entonces? ¿Por qué todos hablan de descontrol? El diagnóstico es común en todos ellos: que la distribución de las vacunas por parte del Departamento de Salud no ha seguido nunca un criterio sólido con pautas previas que fijaran qué colectivos son prioritarios y cuáles no.
"Sólo así se explica que en un centro sanitario se haya vacunado a la gran mayoría de su personal sanitario, y en otros siga habiendo profesionales de primera línea sin vacunar", asegura la delegada sindical de un centro hospitalario de Bizkaia. "El caos siempre ha estado ahí, en que no se dieron cuenta, por ejemplo, de que un celador que recibe a pacientes dentro de un hospital, o un profesional de una ambulancia que atiende una urgencia, o incluso un operario de mantenimiento de un hospital que lo toca todo, también forman parte de la primera línea frente al virus, y sin embargo no se les ha vacunado todavía", asegura una celadora con plaza en el Hospital de Basurto. "No ha habido un estudio de priorización claro a la hora de distribuirlas entre los colectivos que las necesitan con mayor urgencia, ha faltado criterio, y hubo tiempo antes de la llegada de las vacunas para que fuera repensado porque se sabía que las vacunas iban a llegar", aseguran fuentes sindicales.
Trabajadores de ambulancias
Lejos de amainar con el paso de los días, las protestas, las denuncias y las quejas han vuelto a reproducirse esta semana en Euskadi. Los trabajadores de las ambulancias creen que el Departamento les ha "faltado al respeto" porque no han sido llamados para la vacunación. La planificación es "nefasta", criticaban este martes desde el sindicato ESK, que no entiende cómo profesionales que están en contacto directo con personas vulnerables con patologías "serias", como los profesionales de las ambulancias, siguen sin ser vacunados. De momento, han convocado tres actos de protesta para esta semana en el Hospital Donostia, en la delegación de Sanidad en Bilbao, y el próximo 23 de febrero ante Lakua.
Las movilizaciones también han llegado esta semana a la sanidad privada.Trabajadores del Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ) dicen sentirse "discriminados" por parte de Salud, pues no están siendo vacunados "a pesar de ser grupos prioritarios". En este sentido, el SATSE señala que el Gobierno vasco "va a salto de mata" sin tener identificado "a quién se está vacunando". "Somos parte de la red sanitaria que ha dado soporte en los momentos más críticos de la ola de contagios", reclamaban este martes. Por si fuera poco, también el principal sindicato de la Ertzaintza, ErNE, ha anunciado este martes que denunciará en los tribunales la falta de planes de Salud para vacunar a los más de 2000 ertzainas mayores de 55 años de la plantilla.