Clubhouse es la aplicación de moda en este 2021. Esta app que funciona solo mediante mensajes de voz comenzó como una especie de lugar de encuentro virtual reservado para empresarios de Silicon Valley y otras altas esferas en abril de 2020. Casi un año después va camino de los tres millones de usuarios en todo el mundo, aunque sigue siendo inaccesible para la mayoría de personas que tienen un smartphone: solo está disponible para iOS y únicamente se puede acceder mediante invitación.
El funcionamiento de ClubHouse es sencillo: una vez dentro la aplicación ofrece diferentes salas a las que unirse, en función del gusto del usuario. Cualquier integrante de estas salas de voz podrá hablar (mandar un audio) y participar en un debate con el resto de miembros, o estar únicamente de oyente. El turno de palabra lo concede un moderador que se encarga de gestionar la sala. Las temáticas son infinitas, como en cualquier otra red social. Lo que diferencia a Clubhouse del resto es la efimeridaz: los audios solo están disponibles en tiempo real, después desaparecen. Por lo que es imposible escuchar competiciones pasadas o dejarlas para después: requiere la atención inmediata del usuario.
Aunque la principal actividad de esta aplicación es el debate entre varios usuarios, su verdadero potencial reside en las conferencias. Lo que ha disparado el uso de Clubhouse en las últimas semanas es la presencia de famosos como el cantante Drake, la periodista Oprah Winfrey, el actor Ashton Kutcher y sobre todo Elon Musk. El magnate entró en una de las salas de la app y dio un discurso sobre la llegada a Marte, el bitcóin, e incluso dio cifras sobre Tesla. Su presencia provocó que se llenara la capacidad máxima de la sala (5.000 personas) y una avalancha de solicitudes para entrar en la aplicación. Bill Gates también se ha pasado esta semana por la app para decir, entre otras cosas, que prefiere el sistema operativo Android al de iOS. Esta fiebre por la app unido a su exclusividad ha generado incluso la venta de códigos de invitación en portales como eBay, con cinfras que van desde los 5 dólares hasta los 35 por código.
La diferencia de Clubhouse
Y es aquí donde está el mayor potencial de Clubhouse. Whatsapp, Twitter o Facebook ya dan la posibilidad de comunicarse entre familiares, conocidos, amigos o personas con los mismos gustos. Lo que hace a Clubhouse especial es la capacidad de escuchar directamente a personas influyentes del panorama nacional desde cualquier parte del planeta, sin depender de emisiones en directo, de declaraciones a la prensa o de terceros. También es otra alternativa a las conversaciones privadas que antes debían efectuarse solo en persona o arriesgarse a que permanecieran en Whatsapp y servicios similares con el riesgo que ello supone.
El auge de los podcast (que han crecido un 94% en España en el último año) deberá convivir ahora con esta aplicación y sus imitadoras. El formato de Clubhouse es similar, pero la diferencia es evidente: la esencia del podcast es tener un programa de radio en diferido, para escuchar dónde y cuándo su consumidor quiera. Clubhouse pierde esta capacidad y se asemeja más a la radio tradicional: lo que importa es el directo, el ahora. Genera en sus usuarios una necesidad de estar permanentemente conectados: que ya da sus frutos: según The Information, esta aplicación originaria de San Francisco ya vale 1.000 millones de dólares.
Competencia incipiente
Sus creadores, Paul Davison y Rohan Seth, ya han anunciado los planes para incluir monetización, como la posibilidad de que los usuarios paguen a los ponentes más influyentes. Es un camino al que también se dirige Twitter, que recientemente anunció una opción denominada Superfollow para establecer tuits de pago en las cuentas que lo deseen: para acceder a ellos habrá que apoyar económicamente a los tuiteros que creen estos tuits.
De hecho, las principales redes sociales ya preparan sus versiones similares a Clubhouse, al igual que ocurrió con las stories de Instagram o los vídeos de TikTok. La red social de fotografía ha presentado Instagram Live Rooms, con funcionamiento parecido a Clubhouse aunque incorporando también el vídeo. Twitter va más allá con el lanzamiento (en pruebas) de Twitter Spaces, que permite crear directamente salas de audio para los tuiteros.
El carácter elitista con el que nació Clubhouse podría jugar en su contra debido a la respuesta de otras redes sociales. Pero la compañía pretende ampliar fronteras en las próximas fechas, lanzando la app para Android y suprimiendo el sistema de acceso por invitación en el futuro. En su contra están las cuestiones relacionadas con la privacidad que ya están a examen en países como Alemania, debido a que la aplicación graba internamente los audios que se emiten en ella y obtiene información sobre sus usuarios y sus contactos.