La pandemia no ha afectado a los influencers tanto como otros sectores. Dentro de este peculiar sector también ha habido pérdidas de público (y por lo tanto de dinero) pero al ser un mundo online, la tónica general ha sido positiva. Los datos de consumo de internet en Euskadi lo demuestran, y las personas que hay detrás de esas cuentas con decenas de miles de seguidores también. “En el confinamiento gané mucho. La gente estaba más tiempo en casa y consumía más nuestro contenido”, cuenta Ane Hernando.
Esta influencer tiene a más de 250.000 seguidores en Instagram, 9.000 en Twitter y 15.000 en Youtube. En lo que a la promoción de productos y creación de contenido se refiere, la pandemia ha significado un impulso: “Para las marcas que no estaban familiarizadas con el marketing online ha sido un punto de inflexión, porque se han visto obligadas a recurrir a él para promocionarse”.
Los últimos meses también le han proporcionado su subidón de followers y de facturación en su tienda online: “En el confinamiento gané mucho. La gente estaba más tiempo en casa y consumía más nuestro contenido, se creó bastante comunidad”. La de Amorebieta, también farmaceútica, adaptó su contenido durante los meses más estrictos, compaginándolo con su labor de asesoría en marketing online.
El fenómeno Ibai
Ibai Llanos es el ejemplo más claro de este crecimiento. El streamer bilbaíno ya era un fenómeno de internet a principios de 2020, cuando fichó por G2 (el club de esports más importante de Europa) para iniciar un proyecto revolucionario junto con tres amigos.
Pero el confinamiento y su capacidad para crear contenido innovador en Twitch, juntando a futbolistas, cantantes y otras personalidades, le han catapultado a la fama mundial. Cuando comenzó el estado de alarma apenas llegaba a 500.000 seguidores en la plataforma de streaming, cifra nada desdeñable en esta red social. Pero es que un año después supera los 5 millones de seguidores, a los que hay que sumar los 3,7 followers de Twitter y los 3,7 de Instagram. Actualmente el streamer ya no pertenece a ningún club y ha fundado su propio proyecto en una mansión de 7 habitaciones, piscina, discoteca, pistas de baloncesto y pádel y otro piso integrado.
Llanos ha tenido la ‘suerte’ de desarrollar su labor de creador de contenido en casa. Pero hay influencers que generaban contenido sobre sectores muy perjudicados por la llegada de la covid-19, como el turismo, la gastronomía o la moda.
Influencers perjudicados
En el otro lado de la moneda están los influencers dedicados al turismo. ¿Es posible alimentar un canal de Youtube sobre viajes en pleno confinamiento? Es lo que tuvieron que hacer Roberto Vázquez y Sandra Arteaga, gestores de Euskadiz al Mundo. Esta pareja de periodistas de Portugalete y Cádiz (de ahí el nombre) fundaron en 2016 este proyecto, que cuenta con 50.000 suscriptores en Youtube y casi 13.000 seguidores en Instagram.
En sus redes sociales muestran vídeos y fotos de sus viajes por todo el globo, algo que interrumpieron de súbito con la llegada de la covid-19. Pero lo peor para Vázquez y Arteaga no fue la falta de contenido; tienen material grabado de sobra para subir durante meses. Fue su posicionamiento, que cayó en picado debido a los algoritmos de la plataforma de vídeos.
“Youtube ofrece los vídeos en función de los intereses de sus usuarios. Y al estar en pandemia los viajes tenían menos interés, por lo que el algortimo entendió que nosotros tampoco interesábamos", cuenta Roberto Vázquez. Por lo tanto, las apariciones en portada de su canal se redujeron exponencialmente. También las notificaciones a sus suscriptores y la monetización: “Nuestros amigos nos preguntaban por qué no subíamos vídeos cuando sí que los estábamos subiendo”.
Lo que hicieron los dos periodistas fue cambiar de estrategia: “En el confinamiento aprovechamos sobre todo para editar contenido y pasar de publicar varios vídeos al mes a subir solo uno, y parece que nos va algo mejor”. Y por supuesto, casi nada de viajar. “Podíamos haber tratado de hacerlo, pero hay amigos que viven al 100% de esto y les han puesto varias dificultades”. Aun así, Vázquez pudo realizar un pequeño vídeo en verano gracias a su principal ocupación, la de reportero en el programa de televisión Vascos por el Mundo.
La pandemia no solo les ha obligado a detener casi por completo su actividad, también ha paralizado futuros proyectos: “Habíamos puesto en marcha una pequeña agencia para organizar viajes en grupo con nuestros seguidores, pero tal y como está el sector ahora mismo es inviable”.
El virus no se lo ha puesto nada fácil a los influencers dedicados al turismo. Pero los que basan su contenido en la gastronomía tampoco se quedan muy atrás. Donosti Foodies es una cuenta de Instagram que cuenta con casi 14.000 seguidores y quiere acercar a su público los mejores sitios para disfrutar de la comida en la capital guipuzcoana y alrededores.
Su creadora, Marcela Caicedo, sostiene que la experiencia “ha cambiado mucho”, tanto a la hora de crear el contenido como de disfrutarlo. “Cuando visitas los restaurantes te das cuenta de cómo ha impactado la pandemia en la gente. Ahora el comportamiento en las mesas es más agradable, la gente se queda más tiempo en el local y está abierta a nuevas experiencias”, mantiene.
Durante los meses de confinamiento sus post se centraron en el take away y en la cocina casera, aunque también han tenido contenidos diferentes como catas de chefs por zoom. Ahora que pueden volver a los restaurantes sus dueños les reciben con los brazos abiertos, aunque la mayoría ya les conocen: tienen 7 años de recorrido como influencers gastronómicos, dedicados especialmente a la cocina gourmet. Aunque en este caso no ha habido ningún efecto económico por la situación actual, ni positivo ni negativo: “Nunca hemos ganado ni un euro con el proyecto porque no hemos aceptado pagos ni campañas publicitarias”.