Chelo Aparicio es una de las periodistas a las que ETA puso en su punto de mira. Ella desarrolló la mayor parte de su carrera en Euskadi en diversos medios hasta que su nombre aparece en la lista de periodistas señalados de la banda terrorista. Fueron muchos los profesionales de este ámbito que como ella figuraban ahí. Algunos de ellos optaron por llevar escolta pero Chelo Aparicio no, porque para ella "esa no era manera de vivir" y optó por marcharse a Madrid después de haber recibido ya varios avisos por parte de ETA. 

¿Cómo recuerda aquellos años?

Pues como décadas muy duras. A partir de la etapa en la que ETA decide "socializar el sufrimiento", pues abren la vía, por supuesto, a políticos, además de las fuerzas de seguridad y también a periodistas. Entonces, en ese momento, cuando veo que estoy en la lista, yo ya había recibido dos avisos, pero cuando ya veo que estoy en la lista de los periodistas señalados, la mayoría de ellos tenían escolta, pues ya tomé una decisión. 

A mi hablar de mi experiencia aún me produce algo de pudor, porque hay gente muchísimo más señalada que yo. Yo al fin y al cabo lo que hacía era escribir, era tener una posición ética frente a los asesinatos. Pero tampoco he sido una persona, digamos, muy relevante. Soy una periodista. Yo creo que es un tema que bueno, pues te toca en un momento determinado tomas una decisión, unos toman la decisión de vivir con escolta, otro de marcharse. Y hay que seguir adelante. Con esto quiero decir que sinceramente no me gusta ir de víctima. También te digo que no creo que a ninguna víctima le guste lógicamente. Pero tampoco quiero escarbar. Simplemente contar los hechos y nada más. No quiero agrandar algo que para mí fue doloroso.

¿Jugaron los medios de comunicación bien su papel frente al terrorismo?

Yo no hablaría de un todo. Creo que como colectivo, como conjunto, pues si tenemos que hacer alguna crítica, lógicamente, porque a veces hacíamos seguidismo por esa especie de asepsia profesional, de contar los hechos. Pero cuando te enfrentas a hechos tan graves, se impone la denuncia de algo horrible que estas viviendo. 

Yo creo que hubo gente muy, muy, muy valerosa. Ahí están los casos de tanta gente como José Luis López de la Calle, Gorla Landaburu, Genoveva Gastaminza, José Luis Barbería, que han tenido escolta todo el rato. Ander Landaburu. Otros que se han tenido que marchar antes que yo como Patxi Unzueta… Hay muchos profesionales que han dado la cara, hemos hecho manifiestos, hemos estado ahí y que teníamos una cierta complicidad. No había mucha gente pero era un grupo potente, muy mentalizado y muy concienciados con el tema. Pero yo creo que como colectivo, pues hicimos lo que pudimos. Sinceramente no era fácil. 

Yo no sería tampoco demasiado autocrítica como colectivo. Creo que hubo gente extraordinaria que lo dio todo, que dio la cara siempre. Otros la dimos todo lo que pudimos y luego pues ha habido otra gente que ha pasado, digamos más en esa espuma, en esa manera de no significarse. Pero tampoco lo critico porque sinceramente esto es muy particular, cada uno hace lo que puede y esta es una profesión difícil. Y luego lo fue mucho más en aquel momento. 

 

Lo que ha pasado es muy serio y eso es importantísimo, que se cuente, que se relate, porque si no, no lo vamos a superar, es imposible, queda cerrado en falso

 

¿Y cree que a día de hoy los medios siguen teniendo el compromiso de mantener viva la historia del terrorismo?

Yo estoy viendo gestos, estoy viendo iniciativas de personas más jóvenes, programas específicos para hablar de las víctimas, de contar sus vidas. Lo estoy viendo en la SER, en la COPE, en los informativos territoriales, en la prensa también. Algo se está haciendo.  Yo creo que nunca estaremos a la altura de lo que vivimos y de lo que ha pasado. Pero bueno, tampoco voy a ser tan negativista porque sinceramente creo que a pesar del daño que esto ha producido en nuestra convivencia democrática, ahora hay gente que está tirando el hilo para tratar de recuperar verdaderamente lo que pasó. Y yo creo que es necesario afrontarlo para que todo quede en la verdad. 

Lo que ha pasado es muy serio y eso es importantísimo, que se cuente, que se relate, porque si no, no lo vamos a superar, es imposible, queda cerrado en falso. Entonces es muy importante que sigamos contando porque insisto, es que nunca vamos a estar a la altura. A mí misma, que he participado en centenares de funerales y de atentados, etcétera, que he estado allí, digamos, como testigo presencial de los hechos, a mí misma todavía me conmueven los testimonios de las víctimas. Es decir, creo que lo sé todo y no sé nada. Me pongo a oírles cómo han vivido las cosas, cómo han marcado sus vidas, una infamia, un asesinato. Y todo eso ya digo a mí que he sido testigo y que me considero una periodista bastante mentalizada y comprometida con la denuncia de lo que ha pasado, pues aún me sorprende. Todos los esfuerzos me parecen pocos para contar, para relatar, sin ofender a nadie. Es simplemente diciendo lo que pasó.

¿La sociedad vasca está ya preparada para hacer frente al relato del terrorismo?

Yo creo que hay que actuar como que sí. En la vida, en el fondo hay gente que lo sabe. Hablamos de que la gente joven no sabe tal… Tampoco nosotros vivimos la Guerra Civil y nos han contado cosas y al final tienes que bucear para saber lo que pasó. Yo creo que al final cada uno es responsable de lo que sabe y de lo que no sabe. Hay libros, hay relatos, hay maneras de preguntar. Nosotros tenemos que la obligación como periodistas y los historiadores también, como estamos viendolo ahora, de contar lo que pasó. Pero también pienso que un individuo, un ciudadano, una sociedad democrática, es responsable de lo que sabe y de lo que no sabe, porque tiene mecanismos de indagar y de investigar lo que pasó. 

 

Las instituciones vascas han ido ralentizadas en lo que es la exigencia moral de impulsar una defensa de  la convivencia democrática

 

Pero sin embargo, el terrorismo sigue siendo una de las cuentas pendientes en la educación, estos temas siguen sin estar en las aulas, ¿ha fallado algo en el sistema educativo?

Si eso es verdad, ahí hay algo que ha fallado. Desde hace ya más de 15 o 20 años empezaron desde las instituciones, fundamentalmente al Gobierno Vasco, a hacer algunos reconocimientos, algunos actos institucionales de reconocimiento a las víctimas. Y eso era necesario y no se había hecho y empezó a hacerse. Y eso es importante. Pero las instituciones vascas han ido un poquito ralentizadas en la exigencia moral de impulsar una defensa de lo que es la convivencia democrática que eso no pasa porque se asesine al adversario político. Eso es gravísimo. Eramos el único lugar de Europa donde el sistema democrático no funcionaba porque los candidatos de determinadas formaciones políticas tenían que ir escoltados a sus plenos del Ayuntamiento

Yo creo que falta todavía un empuje fundamental en las instituciones vascas y en general también en las del Gobierno de España. Creo que estamos por debajo de lo que se requeriría para sanar, afrontar, conocer, para deslindar lo que es inaceptable, de lo que es comprensible. De ahí deriva la educación, los liderazgos políticos, la legitimación de ciertas ideas... Todavía hay un largo camino por recorrer. 

Quizás buenas vías para llegar a la gente joven son las medios audiovisuales como es el caso del documental de su hijo, Jon Viar, titulado 'Traidores: Mi padre estuvo en ETA' en el que cuenta como con ocho años descubrió que su padre perteneció a la banda y pasó ocho años en la cárcel. 

Sí, sí, por supuesto. Yo creo que hay mucha gente, veo en la generación de mi hijo, quizás un poco más mayor veo historiadores o articulistas, veo gente con talento que se mueve y que expresa cosas. Eso es importante, por supuesto.

¿Considera que hemos llegado a crear un relato único de lo que pasó? El principal partido de la oposición aquí en Euskadi aún no ha reconocido todo lo que pasó, ¿eso puede jugar en contra?

Eso no ayuda a que haya un discurso único, en absoluto. Hace falta un discurso y un posicionamiento institucional claro. La segunda fuerza política de la Cámara vasca no afronta el pasado ni los sucesos que han ocurrido. Es verdad que ahora han renunciado a una utilización de la violencia, pero hace falta la revisión, la rectificación moral. “Eso estuvo mal” y eso no lo han dicho. En esa medida, teniendo esa inmensa representación que tienen, frena la dirección política para deslegitimar todo aquello que pasó. 

Creo que eso no quita para la responsabilidad del actual Gobierno vasco y de toda la sociedad. No mirar para otro lado y seguir avanzando en rescatar todas las barbaridades que hemos vivido. 

 

La segunda fuerza política de la Cámara vasca no afronta el pasado ni los sucesos que han ocurrido. Hace falta la revisión, la rectificación moral. “Eso estuvo mal” y eso no lo han dicho

 

¿Ha dejado de ser un tema tabú el terrorismo?

Yo creo que sí ha dejado de serlo. Es cierto que es algo que no es fácil hablar, estás hablando de algo doloroso y que es casi de mala educación sacar el tema, pero es imprescindible. También por otra parte, veo que en cierta medida es un tema tabú, en determinados círculos, determinados momentos, es algo todavía no superado. Cuando algo no se ha superado... sigue siendo un poco tabú. 

Pero por otra parte, sí que veo que está habiendo un tirón de que la memoria surge por otros lados. 'Patria' por ejemplo ha sido un revulsivo en volver a hablar del pasado. Hay un puñado de documentales importantes. Hay cosas de historia que se han hecho estupendas por el Centro Memorial. Y yo creo que de ahí saldrán más cosas Es decir, esto es una producción que acaba de empezar, pero yo creo que va a continuar. 

¿Y cree que se ha empleado como en alguna ocasión como argumentario político o como arma arrojadiza entre los partidos?

Esa es una vieja historia que se repite mucho. Siempre se le achaca a determinados partidos, principalmente en Euskadi, pero también en el conjunto de España. A veces sirve como arma arrojadiza. Yo creo que las víctimas tienen derecho a pensar cada una de una manera, esto no es un colectivo cerrado. Hay que tratarlas con respeto a que piensen y voten lo que les dé la gana. Yo lo que quisiera es que todos los partidos democráticos recuerden a las víctimas. Si los adversarios interpretan que eso es utilizar, yo no estoy de acuerdo. 

Hay que recordar, hay que volver sobre ello. Y me da igual que sea el PP, el PNV, el PSE… todos. El Partido Popular, el Partido Socialista tienen en su haber muchas víctimas, pero también el PNV tiene algunos empresarios, algunos ataques a su sede. Nada comparable con los otros pero en cualquier caso, más allá de lo que te haya afectado a ti como colectivo, tienes la obligación moral como demócrata de rescatar y de hablar de las víctimas. Para mí eso no es utilizar. Para mí eso es una obligación moral que tienen los partidos políticos y que debían hacerlo sin pensar lo que hace el otro.

Como dice Joseba Arregui, el escritor y antes político, es que si nos olvidamos de las víctimas están matadas dos veces. Hay que volver sobre la memoria de esas personas porque les han matado por algo. Y si nos olvidamos de ellas, pues evidentemente el tema del terrorismo ha triunfado y eso no puede ser.