El pasado 27 de marzo más de 4.000 aspirantes se presentaron a la prueba para obtener el posgrado del PIR, Psicólogo Interno Residente, en España. Actualmente, este posgrado es el único que permite optar a una plaza pública en un centro sanitario en este campo. Las plazas que se ofertan a nivel nacional son 198, de las cuales únicamente nueve pertenecen al Servicio vasco de Salud. Una cifra muy baja que pone en valor la asistencia psicológica que ofrece Osakidetza a la sociedad vasca.
El ratio de psicólogos por población en Euskadi está muy por debajo de la media nacional y europea. Actualmente Osakidetza cuenta con un total de 131 psicólogos, lo que significa una media inferior (5,7) a 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes, que presenta España. En Euskadi, el año pasado, solo había un psicólogo para atender a un ratio de aproximadamente 17.380 personas, según los Colegios de Psicólogos de los tres territorios vascos. La media europea se sitúa en los 18 especialistas por cada 100.000 habitantes, y en países como Suecia y Finlandia llega hasta los 70 especialistas. La carencia en el sistema vasco de salud es más que latente. En la Comunidad Autónoma Vasca por tanto hay un déficit de 270 psicólogos. Es decir, para llegar a los valores establecidos por la OMS la red de Osakidetza debería contar con 396 psicólogos públicos. Para alcanzar esos baremos Euskadi necesita aumentar las plazas en esta especialidad y sus recursos en la atención de este tipo.
Esta falta de profesionales es insostenible y genera largas colas de espera para obtener un servicio “lamentable”, según Nerea, psicóloga que acudió a una de esas sesiones como paciente. “Escribía en el ordenador para que todo quedase registrado, la atención no era humana, ni centrada”, comenta Nerea, quien reconoce que muchas veces son los psiquiatras quienes se tienen que hacer cargo de la atención psicológica. “Ellos no pueden hacer otra cosa con los recursos que hay. No pueden derivar a todas esas personas a terapia psicológica básicamente porque no hay psicólogos”, expone la psicóloga. La ausencia de estos profesionales se extiende a todos los tipos de centros. “Se sabe que si hubiese psicólogos en atención primaria toda esa carga de casos se le quitaría al médico de familia, pudiendo quedar más libre para los casos que realmente si son de su competencia y dando así un servicio médico de mayor calidad”, explica Nerea.
Más de dos meses para conseguir una cita en Euskadi
“Las listas de espera son de aproximadamente dos y tres meses para gente que realmente lo necesita”, confirma una trabajadora del servicio de Psicología de Osakidetza, que no ha querido desvelar su identidad. El bajo ratio que tiene Euskadi para cubrir este servicio imposibilita ofrecer un servicio de calidad a las personas, por lo que la mayoría lo descartan y recurren a otros servicios. Además, muchos profesionales optan por hacer terapias de grupo para intentar no desatender a las personas, aunque en algunos casos las terapias grupales no sean la mejor opción. La realidad es que la larga lista de espera de la pública y el servicio que ofrece hace que la mayor parte de la sociedad opte por ir a un centro de psicología privado porque el público no es capaz de ofrecer un servicio mínimo. “Se debería de invertir más en salud mental, en estos tiempos se está viendo lo necesaria que es. Tenemos que acabar con el tabú social y estigma que acarrea el ‘voy al psicólogo'", asegura Nerea.
La pandemia ha generado un aumento en los trastornos mentales
La crisis del coronavirus ha empeorado esta situación. Los casos por ansiedad, depresión y el estrés postraumático han crecido. Las solicitudes para tratar la atención en la salud mental ha aumentado exponencialmente este último año. La OMS ya prevé que "en 2030, la salud mental será el primer problema de salud pública en el mundo”. Por el momento, la covid-19 está contribuyendo a ello y registra a día de hoy un incremento alarmante de trastornos depresivos, de ansiedad, alimentarios, del sueño, fobias, etc., así como de casos de suicidio.
“No estamos preparados”
Expertos defienden que la demanda que hay no se puede cubrir con la sanidad pública. La mayoría de personas tienen que recurrir al sector privado. La Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (Anpir) calcula que cerca de un 70% de los psicólogos prestan sus servicios en el sector privado. En Euskadi la media de estos servicios está en los 60 euros por consulta. Celia González, psicóloga en atención temprana Bilbao 'Pausoz pauso', confirma que hay una creciente demanda de servicios psicológicos por la pandemia. “En Euskadi no estamos preparados, no hay servicio suficiente”, asegura.