Marta Buesa, hija de Fernando Buesa, asesinado por ETA en febrero de 2000, ha remarcado este lunes la "importancia de hacer memoria" y de contar a las nuevas generaciones lo que fue el terrorismo en este país con el fin de "deslegitimarlo, que no se olvide y así evitar que se repita". La integrante del patronato de la Fundación Fernando Buesa ha comparecido en Bilbao junto a la consejera de Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, para inaugurar la exposición "Buesa. El valor de la palabra. El valor del compromiso", organizada por dicha Fundación en colaboración con Gogora, y que ya pudo visitarse por primera vez el otoño pasado en Vitoria.
En su intervención, Buesa ha recordado que la fundación nació "del dolor y la rabia" por el asesinato de su padre en un atentado en el que también murió su escolta, Jorge Díez, pero también apostó por encauzar esas emociones hacia "algo constructivo para la convivencia y la paz". Por ello, la exposición sobre su padre "no solo recorre su vida personal y su trayectoria política, sino que ofrece un contexto, cuenta al mismo tiempo cómo se vivía en Euskadi y en qué circunstancias ETA arrebató la vida a cientos de personas y con ello, la libertad y la paz al conjunto de la sociedad".
"Hay una parte de la sociedad que tiende al olvido, pero es importante hacer memoria y contar a las nuevas generaciones lo que fue el terrorismo, precisamente para que no se olvide y para que no se repita", ha insistido Marta Buesa.
La exposición, que permanecerá abierta en Bilbao hasta el próximo 30 de septiembre y que también recalará en San Sebastián a finales de año, se muestra la vida política e institucional de Fernando Buesa a través carteles o artículos de prensa o audiovisuales, pero también aspectos más personales como fotografias u objetos que llevaba cuando fue asesinado, como el llavero de medio corazón que compartía con su esposa, su agenda o un puro.
"Personas y no números"
Beatriz Artolazabal, por su parte, ha defendido la importancia de reivindicar a uno de los políticos vascos más relevantes del primer cuarto de siglo de la democracia, pero también a la persona, "porque los terroristas pretendieron deshumanizar y despersonalizar a las víctimas, y no lo lograron: queremos recordar al casi millar de víctimas de ETA como personas, no como un fatídico número en un negra y macabra lista". "Paz y convivencia no como sinónimo de borrón y cuenta nueva, sino de reconocimiento del daño causado y autocrítica real y sincera por parte de los responsables directos y su universo político. Hay que reconocer la injusticia de las muertes: fue injusto el asesinato de Fernando y del ertzaina que le escoltaba, Jorge Díez Elorza; fue injusto el asesinato de todas y cada una de las víctimas de ETA".
La consejera ha subrayado también que el "mejor homenaje que se puede tributar a todas las víctimas es construir un futuro con memoria, que significa verdad y compromiso cívico, democrático y ético, Y memoria quiere decir también futuro y convivencia, dignidad de la persona y rechazo y deslegitimacón del la sinrazón del terrorismo y de cualquier otra expresión de violencia".