El pasado curso escolar arrancaba en septiembre con un nuevo concepto, 'grupos burbuja' o 'burbujas socializantes', grupos reducidos de estudiantes con el objetivo de reducir el número de contagios en los colegios evitando el contacto directo con otros alumnos. En este sentido, la estrategia del Gobierno vasco para evitar la expansión del virus en el ámbito escolar se mantiene en el curso 2021-2022, sujeta a la evolución del virus y la pauta de la vacunación. Medidas que supusieron una vuelta de tuerca en el sistema educativo y que, a estas alturas, los alumnos han "normalizado", por lo que los expertos alertan sobre la complejidad de la vuelta a la normalidad y las secuelas que las medidas anticovid y el aislamiento social suponen para miles de jóvenes.
Son, de hecho, los más pequeños los que más han interiorizado las medidas anticovid y han acatado los protocolos en cada colegio, tal y como trasladan responsables en varios centros, quienes, a su vez, buscan soluciones para que mantengan la relación con compañeros "aunque sea en grupos reducidos", dadas en su mayor parte en el área deportiva o exteriores.
Susana Niso, psicopedagoga en el centro multidisciplinar Bizia, incide, en este sentido, en la necesidad de atención psicológica y emocional en los centros, hasta ahora "escasa o inexistente". "Así como en el terreno personal sí se tratan las dificultades académicas, no es así en el tema emocional, hay niños que han agravado el miedo y es algo que nunca se ha trabajado". Según explica, pasar de una situación casi irreal a un problema cercano y un mayor contacto con la enfermedad genera angustia en muchos jóvenes que han desarrollado tocs, complejos e inseguridades a raíz del miedo a contagiar, la necesidad de una mayor higiene y el uso de mascarillas.
"En muchos casos está bajando la autoestima, se sienten arropados con la mascarilla hasta el punto de quitársela en familia pero no con grupos de amigos, se preguntan si gustarán o caerán igual de bien", afirma Niso, "se está normalizando cuando hay que prepararlos para la normalidad y el foco estará en la educación primaria".
Cansancio emocional
A pesar de haberse acostumbrado, Niso confirma la incomodidad de los estudiantes ante las mismas limitaciones en contraste con la evolución de la pandemia y el avance de la vacunación. "Se encuentran en la misma situación que el año pasado y se agotan emocionalmente", afirma Niso. El aislamiento social y menor presencialidad es algo que, sin embargo, se ha venido dando en los último años, explica, por su parte la especialista en pedagogía Ana Fernández que apunta a la peligrosidad en las relaciones online disparadas durante la pandemia. La espontaneidad se ha convertido en un temor entre los más jóvenes, cada vez con más dificultades en el ámbito conversacional.
"El que normalicen el deporte es crucial porque muchas relaciones surgen de estas actividades. Al margen de la mascarilla y otras medidas, es importante quitar el miedo y que sepan que volvemos poco a poco a la normalidad", explica Fernández,."Aún no tenemos información como para saber cuándo podrán retomar ciertos hábitos o prescindir de la mascarilla, es difícil y debemos intentar que no generen ansiedad ni se les acumule, sobre todo a niños con trastornos y patologías previas, son lo que peor lo van a pasar"
Tras el anuncio del protocolo, Educación aludía a distancias de seguridad de 1,5 metros, limpieza de manos, a limitación de contactos y a mascarillas y otras medidas de higiene para los alumnos, excepto en Infantil. A pesar de la recuperación de 'barnetegis', extraescolares y competiciones, los denominados 'grupos burbuja' y subgrupos se mantendrán en todos los cursos, aunque una de las prioridades será "la vigilancia de la salud mental", tal y como trasladan direcciones y docentes.