La compañía de un perro proporciona muchas ventajas emocionales y adicionales. Así lo cree el Ayuntamiento de Barakaldo que ha decidido poner en marcha el primer proyecto piloto de perros guías para mujeres que han sido víctimas de violencia machista. Es la primera iniciativa de este tipo que aterriza en Euskadi y lo hará de la mano de Escan, una asociación que da apoyo a esta causa.
El proyecto, que acaba de comenzar en el mes de septiembre y para el que se han destinado 15.000 euros, tiene previsto un periodo de prueba de un año. Después de ese tiempo, que servirá para testar cómo funciona y qué acogida tiene entre las mujeres que se encuentran en esta situación, se determinará si se extiende a otras usuarias del municipio interesadas en participar. Para dar comienzo, se han seleccionado a tres mujeres que puedan encajar con el proyecto y que contarán con la ayuda de adiestradoras y una psicóloga, que las acompañarán y ayudarán con sesiones individuales y en grupo durante esta etapa.
El programa de guía busca un perro que se adapte a las características de la demandante. En ocasiones, ellas misma participan en ese proceso acudiendo a algunos refugios o haciendo un seguimiento en primera línea para encontrar el animal con el que forjar un vínculo especial. Para su elección, se tienen en cuenta multitud de factores como el tamaño de la vivienda donde va a residir, la jornada laboral de su dueña, la edad de los convivientes, la raza del perro, su comportamiento, etc. El animal se proporciona de manera gratuita y permanente a la víctima, así como el proceso de formación a las mujeres para adiestrar al canino. “Son ellas mismas las que educan directamente al animal. Nosotros solo les damos las pautas de cómo hacerlo y las formamos para que les den un buen cuidado e higiene”, señala Enrique Cruz, director de la empresa Escan.
El proceso de aprendizaje comienza cuando las psicólogas encuentran preparadas a las usuarias y ellas están predispuestas a iniciar el proceso. Según los especialistas, esta tarea que puede durar entre los tres o seis meses en función de las horas semanales que se acuda al centro, posee muchas ventajas psicológicas. En la asociación lo tienen planificado para que se realice una vez por semana, pero se va a intentar aumentar las horas mensuales en función de la disponibilidad de las mujeres, las ganas de éstas y el progreso. Se trata de un proceso individualizado de educación básica, pero con ventajas a nivel anímico y psicológico. “A medida que el perro evoluciona , la mujer también lo hace, ya que a muchas de ellas les han hecho creer que no valen nada y no sirven para realizar ningún tipo de actividad”, manifiesta Cruz. Por ello, esta parte más emocional refuerza su autoestima y seguridad en sí misma.
Asimismo, el acompañamiento permanente del perro, no solo les proporciona seguridad. También es una vía para que las mujeres vuelvan a socializar. “Normalmente, las personas que han sufrido violencia de género han estado aisladas. Por eso, a través del perro conseguimos crearles nuevos grupos de amistad, de apoyo, y las empujamos a vivir nuevas experiencias que compartir con el resto. Sirve de medio para comunicarse e integrarse socialmente ya que están muy excluidas”, declara el director de Escan. “Además, la responsabilidad de cuidar al animal les obliga a sacarles a pasear, por lo que también se combinan con factores físicos y médicos”, añade.
Inicios
Este proyecto surgió hace 15 años en la región de Murcia. Se inició en un centro de adiestramiento con el fin de proporcionar a las mujeres, perros de protección para defenderlas en caso de ser agredidas. La iniciativa no duró mucho ya que se prohibió educar a los perros con la finalidad de atacar. Por ello, se comenzó a trabajar el aspecto psicológico y terapéutico con las víctimas.
En el año 2016 nació Escan. Desde entonces se han ido expandiendo por todo el territorio español. Hasta el momento se encuentran en Murcia, Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón, Castilla y León y próximamente en Canarias. El proyecto requiere de tiempo y ciertas modificaciones legislativas, puesto que cada comunidad cuenta con un precepto diferente. Sin embargo, aspiran a poder extenderse por el resto de comunidades autónomas con la finalidad de dar apoyo al máximo número de mujeres.
A pesar de que la asociación trabaja normalmente con las instituciones, puesto que no tienen capacidad para llegar a todo el público objetivo que les gustaría, también atienden a las usuarias que se ponen en contacto directamente con ellos. Para proceder con el programa se necesita tener un reconocimiento como víctima, ya sea judicial o por servicios sociales y no conviva con el agresor.