Según un estudio del Eustat de mayo de este mismo año, el 58% de las personas de 65 años y más en Euskadi no utilizan internet, lo que supone que 286.731 personas mayores de 65 años del País Vasco no son usuarias de internet ni tienen los recursos o conocimientos necesarios para poder utilizarlo, el 13,07 % del total de la población vasca. Una realidad que choca frontalmente con la postura de Osakidetza que durante toda la pandemia ha incentivado y fomentado el uso de las nuevas tecnologías en la relación con sus pacientes sin tener en cuenta la brecha digital existente respecto al colectivo de mayores que, para más inri, son los que principalmente están padeciendo los efectos del coronavirus en su salud. Salud ha apostado por una relación digital con sus pacientes que está aislando a una buena parte de la población que no hace uso, no maneja bien las nuevas tecnologías o no tiene posibilidades de acceder a internet. 

"Si tuviéramos que elaborar un perfil de las personas que no tienen conexión a internet, según sus características sociodemográficas, diríamos que corresponde con personas que viven aisladas, de 55 y más años, con un menor nivel de instrucción y que se encuentran en paro o inactivas. En este sentido, podemos hablar de la existencia de ciertos colectivos desfavorecidos en relación con las tecnologías de la información y la comunicación", explica Eustat en ese mismo análisis. Colectivos a los que la administración está dejando al margen en asuntos sanitarios de primera importancia como son poder pedir una cita médica, recibir una tercera dosis de la vacuna o adquirir el `pasaporte covid´, trámites que muchos mayores no pueden realizar sin acudir a ayuda externa.

El Ararteko además destacaba es un informe que "la edad es una de las variables que mayor efecto muestra tener sobre el uso de las nuevas tecnologías", pero la falta de acceso y de conocimiento de internet no es exclusiva de las personas mayores, ya que, según señalaba el defensor del pueblo vasco, afecta también a los inmigrantes, a las mujeres y a las personas con estudios primarios o inferiores. 

"Los mayores nos sentimos totalmente discriminados"

El presidente de la Asociación de Jubilados, Pensionistas y Viudas las Cuatro Torres de Álava, Félix Ortiz de Zárate, que cuenta con casi 19.000 socios, indica a `Crónica Vasca´ que "cada día" reciben "cinco quejas" relacionadas con las dificultades que encuentran sus socios para conseguir una cita médica. "Los teléfonos siempre están ocupados. Te tiras colgado 15 minutos, al final cuelgas, vuelves a llamar, otros 15 minutos...para que te cojan una vez tienes que llamar siete y te pasas media mañana", expone. Dificultades para lograr una consulta y luego cuando la consiguen no suele ser presencial. "¿Cómo puede valorarte un médico por teléfono sin verte en persona?, se pregunta. "Somos mayores, tenemos varias afecciones y ni nos auscultan. Si los casos de covid son tan graves es porque no se detectan a tiempo, pero es normal, es que ni nos ven", añade. 

La adquisición del `pasaporte covid´ también está suponiendo un problema para ellos, ya que "la gran mayoría no hemos tenido la oportunidad de manejar un ordenador ni tenemos los conocimientos necesarios para hacerlo". Por ello, los que pueden "echan mano de sus nietos e hijos", aunque Ortiz de Zárate cuenta que ahí no se acaban los problemas, puesto que "los nietos nos lo descargan, pero luego no sabemos buscarlo dentro del móvil". Para intentar solucionar la brecha digital, la asociación ha organizado un curso para saber manejar el móvil con 100 plazas que "han quedado todas completas y aún nos piden más". La mayoría de ellos optan por acudir presencialmente a Zuzenean para recoger el certificado covid en mano, a pesar de que la página web del Gobierno vasco no dispone, a fecha de hoy, de citas libres para ello. Por ello, "acudimos directamente sin cita allá, hacemos la cola y esperamos a que nos atiendan. ¿Qué vamos a hacer? No hay otra manera", explica Félix. "Los mayores nos sentimos totalmente discriminados por Osakidetza y eso que somos los más afectados por la pandemia", sentencia.

Hay varios ejemplos y testimonios de estas trabas que nos traslada el presidente de las Cuatro Torres de Álava. Aurora López de Munain de 72 años acudió al ambulatorio en persona harta de pelearse con el teléfono para poder coger una cita médica. "El teléfono no para de comunicar y cuando te cogen sale una maniquita a la que no entiendo y me pide que meta unos números en función de lo que quiero. Yo ya no estoy para esas cosas. Llevaba desde primera hora de la mañana llamando y al final me he venido para ver si logro que me vea mi médica. Creo que sólo es un catarro porque con estos fríos que tenemos es normal cogerse algo, pero como tengo un poco de fiebre y mucho moco prefiero que me vean no sea que tenga el coronavirus ese". 

Como ha explicado Ortiz de Zarate, los problemas de los pacientes van más allá de las consultas médicas y es que el recién instaurado `pasaporte covid´ también supone un problema para las personas mayores que se topan con los ordenadores y la brecha digital a la hora de conseguirlo. Es el caso de Mari Carmen Pérez de 75 años, quien necesita obtener el certificado covid para un viaje que va a realizar al extranjero con su familia en las próximas Navidades. "La página web me desespera. Primero me dice que meto mal el chapca ese (captcha: un código de seguridad que te pide rellenar para realizar el trámite) y es que las letras salen difuminadas y no las leo bien, y luego, cuando parece que lo consigo, me dice que mi número de la seguridad social no es válido. Estuve intentándolo durante dos días y al final logré pedir cita presencial en Zuzenean porque no me aclaro. Y menos mal que me han dado cita justo para antes de Navidades, el 22 de diciembre. Si sigo intentándolo por internet no tengo el pasaporte a tiempo para viajar", expone.