El Consejo Interterritorial de Salud ha acordado este miércoles reducir al 75% el aforo en competiciones profesionales deportivas exteriores y al 50% en recintos interiores, ante la alta cifra de contagios provocada por la variante ómicron del coronavirus.
Precisamente el consejo asesor de Protección Civil de Euskadi (LABI) aprobó este martes restringir el aforo en los recintos con capacidad superior a 5.000 personas al 50 %, pero en el decreto firmado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, ya se recogía la salvedad de que esto sería así "sin perjuicio de que sea de aplicación otro límite determinado en el ámbito estatal".
Fuentes del Ministerio de Sanidad han confirmado a EFE esta decisión adoptada junto a las comunidades autónomas, que rebaja a esos porcentajes los espectadores máximos autorizados en los partidos de la Liga de fútbol, que se reanuda este fin de semana tras el descanso de Navidad, y de la de baloncesto, que ya ha aplazado varios encuentros previstos para esta semana.
Esta va a provocar problemas a los clubes vascos, ya que todos tienen más socios que asientos disponibles.
El primero será mañana mismo en el partido de Euroliga entre el Baskonia y el Barcelona: El aforo del Buesa Arena de Vitoria es de 15.716 espectadores, que reducido a la mitad se quedará en 7.858, menos que la cifra de socios del club, que ronda los ocho mil. Por ello, el Baskonia tendrá que reorganizar deprisa y corriendo a su masa social para el partido de mañana.
Similares problemas se van a encontrar en las próximas semanas los tres clubes de fútbol, aunque es su caso el aforo será del 75 %. San Mamés, con 53.282 espectadores, se quedará al 75 por ciento de aforo en 39.961 asientos disponibles, menos que el número de socios del club, que es de 43.000.
Anoeta, con 39.500 plazas, quedará en 29.625 disponibles, también menos que los socios, que son 35.300. El más pequeño, Mendizorroza, con 19.840 espectadores, reducirá su aforo a 14.880 asientos, cuando tiene unos 17.000 abonados.
Hoy hace justo tres meses que la evolución favorable de la pandemia llevó a dar luz verde a la ocupación al cien por cien de los campos de fútbol y de los pabellones de baloncesto al 80 por ciento, con el aval de 16 comunidades y la abstención del País Vasco.