El sindicato Steilas ha realizado un extensísimo estudio sobre la segregación escolar que se vive en Vitoria-Gasteiz. El documento, de 121 páginas y coordinado por el sociólogo César Manzanos, dejaba como gran conclusión que hay centros públicos en la capital alavesa en los que el porcentaje de población migrante llega en Secundaria hasta el 83,8% de la población. Sin embargo, el amplio trabajo de investigación, con 543 estudiantes de 4º de la ESO encuestados, que deja una extensa serie de detalles desgranados a lo largo de sus 121 páginas que ponen de relieve el estado de guetificación al que es sometido el alumnado inmigrante en Vitoria, "fácilmente extrapolables al resto de la comunidad autónoma" según Steilas.
Jose Angel Masa es uno de los profesores que ha participado en la elaboración de este documento. Un informe que, con datos, pone en entredicho mitos y estados de opinión que llevan años distribuyendo distintas facciones políticas. Con este estudio en la mano, Masa asegura que sí existe segregación en las aulas de Vitoria, y también ocurre en el resto de Euskadi. Pide que se aborde esta situación como un problema real que afecta no solo a los jóvenes estudiantes, sino a todo el conjunto de la sociedad y que se tomen medidas ya.
¿Existe segregación en las aulas?
Existe segregación en el sistema escolar, y es algo que hasta la propia administración reconoce. Hay un sistema dual desde nuestro punto de vista: está el sistema público por un lado y privado concertado por otro, con una supuesta libertad de centro medio, que lo que genera es segregación escolar. Esto conlleva a que un determinado número de alumnos con un perfil concreto estén concentrados en una serie de centros.
¿Esto puede contribuir a que se generen guetos?
Ahí lo que acabamos generando, son, por un lado, escuelas segregadas, y por otro, escuelas bunker. Y con este modelo de sistema escolar, los que perdemos es toda la sociedad. Perdemos porque esto es un golpe contra la línea de flotación de cualquier sociedad porque se rompe la cohesión, se rompe la cohesión social. Y lo que estamos viendo, por ejemplo, a nivel de Vitoria hay un montón de escuelas que están segregadas, más del 90%, siempre están en la red pública.
Eso es un problema social porque eso no se refleja por ejemplo en nuestros barrios. Si en un barrio con el 90% de la población migrante, y van al colegio de ese barrio, ahí no habría segregación porque se estaría reflejando la realidad del barrio. Pero nuestra realidad es que en la inmensa mayoría de los barrios, no se da es circunstancia. Chavales que salen del mismo portal van a uno u otro centro en función de la capacidad económica, de su origen… y ahí sí hay segregación.
Existe segregación en el sistema escolar, y es algo que hasta la propia administración reconoce
¿Qué ha fallado para que hayamos llegado a esto?
Yo creo que no hay voluntad por parte de la administración educativa. Nosotros lo que hemos intentado hacer con este informe es medir las consecuencias de la segregación escolar, dando voz a los chavales y chavalas.
Y lo que hemos visto es que la segregación escolar sí tiene consecuencias, si condiciona su vida social y escolar. Se está dando una vulneración de los Derechos Humanos, desde nuestro punto de vista, y hasta que la administración no lo vea desde este enfoque no va a cambiar porque estamos viendo que todas las medidas que acompañan a la segregación escolar las hacen desde un enfoque que se suele llamar el derecho blando. Y eso no sirve, tiene que ser un derecho duro, taxativo. Nosotros les lanzamos la pregunta de por qué no se prohíbe la segregación escolar, si tiene consecuencias desestabilizadoras y para todos.
Porque una sociedad sin cohesión social donde no se asegure la igualdad de oportunidades, no va a ser una sociedad justa y lo vamos a pagar todos.
¿Y cómo ven entonces la nueva Ley de Educación que se está planteando?
Lo vemos como un papel mojado. A nosotros nos gustaría que la administración leyese nuestro informe y tuviese en cuenta que se está dando una vulneración de derechos y que se tiene que dar otro enfoque. Se habla de consensos, de medidas, de normativas que no tienen consecuencias. Entonces, nosotros lo que les recomendamos es que lean nuestro informe, que vean que esto es un problema ya para toda nuestra sociedad en conjunto. Y en particular para esos jóvenes que están en esas escuelas segregadas. El enfoque tiene que cambiar. Llevamos, por ejemplo, más de 40 años con temas pendientes como el de las cuotas de la concertada, y no ha habido desde la administración una voluntad de acabar con ellas.
Una sociedad sin cohesión social donde no se asegure la igualdad de oportunidades, no va a ser una sociedad justa y lo vamos a pagar todos
Dentro de los datos del informe hay unos que señalan que solo el 1,5% usa el euskera con sus amigos y solo el 4,5% en casa, ¿cómo se debería actuar con todos esos chavales que no tienen apoyo en euskera en casa?
Ahí hay un debate, es un tema complejo. Se supone que tendríamos que garantizar desde el sistema escolar que desarrollen una competencia lingüística en euskera, buena y de calidad, todos nuestros alumnos, independientemente de la lengua materna que tengan.
Está claro que si en casa tienes lengua materna euskera vas a tener más más oportunidades, pero es cierto que muchísimos chavales están aprendiendo euskera, pese a que sus familias no tengan ni idea de este idioma. El problema es cuando en un colegio o en una clase no hay ningún chaval que tenga de lengua maternal el euskera o todos tienen otra lengua materna. Ahí es donde está el problema. Eso es muy malo para la euskaldunización. Si las familias euskaldun estamos más repartidas entre los colegios, habrá más oportunidades de que nuestra lengua sobreviva.
¿Qué consecuencias tiene la segregación para estos chicos?
Bueno pues por ejemplo, un colegio donde el doble de chavales que en otros son repetidores o valoran sus notas como malas, pues al final eso se ha traducido en sus expectativas de futuro y en cómo las valoran. En un colegio donde no se segrega, aspiran más a ir a la universidad y en los segregados la proporción es mucho menos y aspiran más a una educación secundaria o incluso se les pasa mucho más por la cabeza abandonar los estudios.
Y también influye en el desarrollo de su identidad y de pertenencia a un sitio. Los alumnos migrantes que están en los colegios segregados, el 60% no se sienten de Vitoria, por ejemplo. Vemos que no se está teniendo en cuenta el amplio de la fotografía y que las identidades son muy plurales y muy variables. A los ejes tradicionales vasco y español vemos que a esto se añade también muchos alumnos y alumnas que se sienten vascos pero también de otro país. O se sienten de otro país nada más. O se sienten españoles y también de otro país, o de ningún sitio. Entonces abre un abanico que habla de una pluralidad muy grande en cuanto a las identidades.
En los centros que segregan aspiran más a una educación secundaria o incluso se les pasa mucho más por la cabeza abandonar los estudios
¿Por dónde pasa la solución?
Tenemos que empezar a tomar medidas ya y lo que necesitamos es una administración que actúe. Hay que apostar realmente por que el dinero público se gaste en los servicios públicos. Se habla mucho de libertad de elección, pero dónde está esa libertad si solo la pueden disfrutar las personas que tienen más dinero. No se habla del modelo de sociedad que se quiere construir. Y yo creo que ahí los partidos de izquierda han comprado el modelo de la derecha y lo que van a perpetuar es un modelo de clases.
Otro de los puntos del informe se basa en la discriminación, ¿también se vive en las aulas?
Los datos que nos han salido son bastantes curiosos, porque se da la discriminación en tres dimensiones. Si preguntamos, por ejemplo, a los alumnos migrantes, que son los que son más susceptibles de sufrir esa discriminación o racismo, o clasismo, su percepción desde su subjetividad, ellos la viven más en la calle, en la sociedad y en el aula la viven en una posición muy pequeñita. Vemos que se da más de puertas para afuera de las aulas. Vemos también que en esas escuelas segregadas hay mucha unión con el profesorado, lo que dice mucho de ellos.
¿Cambian los ojos con los que se mira a los migrantes, por ejemplo, ahora con el caso de los que llegan de Ucrania respecto a los que llegan de otros países de Africa?
Sí, claro que sí. Si hablamos desde un enfoque colonial que está muy claro desde que se vivió ese proceso histórico de jerarquización de las razas y que ha marcado mucho. Un niño rubio, francés, de clase social alta tiene muchas menos posibilidades de sufrir clasismo o racismo que un niño de raza negra, pobre, que venga de un país subsahariano. Esas son las categorizaciones que hay en nuestra sociedad.