El todavía presidente del Athletic, Aitor Elizegi, debe cerrar algunos flecos antes de abandonar Ibaigane. Aprobada recientemente la creación de una nueva grada popular en el nuevo San Mamés, el último gran partido que jugará el actual presidente tendrá lugar el próximo 23 de mayo, cuando someterá a votación de los socios la reforma de los Estatutos del club. Probablemente para entonces las elecciones ya tendrán fecha y estará finiquitada la temporada (la liga termina el día 22), con lo que con el pronunciamiento de esa asamblea sobre los estatutos se habrá dado carpetazo a la legislatura. Casi tres años y medio de mandato que comenzaron con las aguas muy revueltas por lo ajustada de la victoria de Elizegi. Casi nadie esperaba que el outsider pudiera pelear el trono de Ibaigane al candidato de continuidad a la línea de Josu Urrutia y apuesta del PNV Alberto Uribe-Echevarria. El ambiente ha ido ganando normalidad con el paso del tiempo, aunque la directiva ha tenido sustos hasta el final y, sin ir más lejos, tuvo que sudar tinta para sacar adelante, a la segunda, sus últimos presupuestos.
No han sido tres años brillantes en lo deportivo, aunque sí ha habido algunos éxitos como la Supercopa ganada el año pasado o la buena trayectoria general en la Copa empañadas con esas dos finales perdidas en dos semanas. En el balance del primer equipo pesa sobre todo la acumulación de pasos en falso en liga que han acabado por incrustar al Athletic en una zona templadita de la clasificación. La reacción del equipo en las últimas jornadas aviva las opciones de alcanzar una plaza para jugar una competición europea en la 22/23 (la séptima plaza para jugar la Conference League está a un punto), lo que endulzaría mucho este final de temporada y permitiría a Aitor Elizegi despedirse consolidando el aprobado en lo deportivo. A falta de resolverse esta cuestión y de votarse la reforma de los Estatutos, el sucesor de Elizegi encara el gran reto de sembrar un proyecto de largo recorrido que genere ilusión desde el principio y, sobre todo, que vuelva a enganchar al aficionado domingo tras domingo.
Un entrenador a largo plazo
Para ello el Athletic necesita un entrenador con luces largas, la cara de un proyecto deportivo estable a varios años. Parece que esa figura no será la del actual técnico, Marcelino García Toral, que llegó a Bilbao en los primeros días de 2021 estrenándose por todo lo alto al ganar la Supercopa. Las dos finales de Copa perdidas en abril de ese año fueron un mazazo y poco a poco los resultados fueron sumando trazos grises a un aterrizaje en el banquillo brillante. En sintonía con el vestuario (son varios los jugadores que han pedido públicamente su continuidad), se ganó enseguida la simpatía del aficionado pero la trayectoria errática en liga le ha hecho perder tirón en BIlbao. Pocos dudan de su capacidad como técnico pero la sensación es que su paso por Lezama está hecho, es como si se hubiera asumido desde el principio que su estancia en la capital vizcaina fuese a ser breve. Se apunta a que el futuro del asturiano podría estar en otro equipo de la liga incluso de que podría sustituir a Luis Enrique al frente de la selección española tras el mundial de fin de año. Lograr meter al equipo en Europa sería un espaldarazo para él y una variable en la ecuación que ayudaría a su continuidad.
Así, el inquilino del banquillo será la primera pieza que deberá encajar la nueva directiva, que llegará a Ibaigane a menos de dos meses para que comience una nueva temporada. Por ello los candidatos ya están tocando teclas, como reconocía esta semana Ricardo Barkala, presidente del Puerto de Bilbao y baza del PNV para dirigir el Athletic. Barkala ha llamado ya a la puerta de varios entrenadores, aunque no ha dado pistas sobre su identidad. Tampoco se ha pronunciado sobre una posible continuidad de Marcelino ni sobre una de las grandes esperanzas a corto-medio plazo en Bilbao como es Andoni Iraola. El ex jugador ha cerrado la permanencia del Rayo Vallecano en Primera recientemente tras una gran campaña. Lógicamente en esa labor de cocina para buscar nuevo entrenador o atar a Marcelino está también el otro candidato confirmado de momento, Iñaki Arechabaleta, de Vocento, si bien con un nivel de exposición pública menor por su cargo no ha hecho aun declaraciones al respecto.
Lezama y el salto al primer equipo
La gestión de Lezama y su conexión directa con la política de fichajes es el eterno debate en el entorno del Athletic, y en periodo electoral la discusión se acalora. Aunque el trabajo en la factoría rojiblanca acumula reconocimientos, el último del prestigioso observatorio suizo CIES, la necesidad de dar un paso adelante a nivel deportivo manteniendo la filosofía del club dispara la exigencia. Nombres como el de Vivian, Sancet o Nico Williams son argumentos para hacer un balance positivo del trabajo de cantera en los últimos años, aunque evidentemente todo depende de dónde ponga el listón cada aficionado y, sobre todo, con quién se compare.
El hecho es que el fútbol vive también su propia transformación y la configuración de nuevas categorías obliga a reinventarse. El estreno del Bilbao Athletic en la nueva Primera RFEF, a caballo entre la vieja 2B y Segunda, ha sido un baño de realidad. La reacción final de la mano de Patxi Salinas probablemente dé para salvar la categoría pero el susto ha sido importante. Durante más de medio curso Lezama se vio con posibilidades reales de tener a su primer filial en la cuarta categoría del fútbol español, lo que hubiera supuesto un descalabro y un tapón para el tercer equipo. Evitar riesgos en la nueva Primera RFEF, mucho más exigente y con equipos hechos para dar el salto al fútbol profesional, es el objetivo deportivo del primer filial. El otro es el formativo y seguir siendo el banco de pruebas para los jóvenes cachorros, toda vez que otra aventura en la Segunda División se antoja una quimera y, en su caso, una realidad difícil de sostener como le está ocurriendo a la Real Sociedad este año. Un escalón más abajo el Basconia va a luchar en este final de temporada por ascender y acercarse un paso al primer filial, objetivo que de no conseguirse ahora quedaría en la lista de tareas pendientes del nuevo ciclo. En cuanto a la actual dirección deportiva que encabezan Rafa Alkorta y Andoni Ayarza su proximidad con Vocento podría darles continuidad si gana las próximas elecciones Arechabaleta, mientras que parece difíicl que continúen si el ganador es Barkala.
Fichajes y renovación de Iñigo Martínez
Junto al entrenador el nombre de algún fichaje ilusionante suele acompañar a los candidatos en periodo electoral. En el caso del Athletic las opciones se cuentan con los dedos de una mano. Han sonado en Bilbao Jon Moncayola, Álvaro Odriozola y varios nombres más, con opiniones muy dispares entre los aficionados. La percepción general es que es difíicl encontrar candidatos dispuestos a venir a Bilbao y con el nivel suficiente como para mejorar el nivel de la primera plantilla. A nivel económico hay que tocar teclas para poder tener acceso a ciertos futbolistas, toda vez que se agotan los recursos extra aportados en su día por las salidas de Kepa, Herrera o Laporte. De nuevo, entrar en Europa ayudaría mucho. La ausencia de ingresos por competiciones europeas y el parón futbolísitico por la pandemia han mermado mucho las arcas del club hasta el punto que aun colea la petición de Elizegi de una derrama covid a los socios, aprobada también en segunda instancia y tras una rebaja respecto al plan inicial.
En cuanto a las renovaciones más acuciantes, conocida recientemente la de De Marcos y pendiente de resolverse el caso Capa, que termina contrato este mes de junio sin haber contado para Marcelino (Raúl García tiene firmado un año más por objetivos), hay un buen puñado de jugadores que terminan su relación con el club en junio de 2023. Uno de ellos es Iñigo Martínez, pieza clave, cuya negociación será un episodio crucial para la nueva directiva. También están en ese lote Zarraga, Lekue, Villalibre, Ezkieta, Balenciaga, Morcillo, Córdoba e Iñigo Vicente, los tres últimos cedidos en otros clubs.
Impulso social y fútbol femenino
En cuanto a la esfera social que rodea al Athletic, el gran reto es volver a unir bajo una bandera a una afición partida en dos, una división que se ha trasladado a las asambleas. El propio Elizegi lamentaba al anunciar su marcha que la brecha generada en las elecciones de 2018 no se ha cerrado nunca. Aun así el cocinero ha sacado adelante con holgura una de sus iniciativas estrella, la Grada Popular de Animación, que busca unificar en un mismo punto a la afición más joven y animosa. Y es que mejorar el ambiente en San Mamés es una necesidad compartida por socios y aficionados, partidarios y detractores de Elizegi, más allá de que sea imposible cuantificar el impacto en goles de contar con una grada de este tipo. El nuevo estadio ha acogido grandes noches, las últimas las victorias en la Copa frente a Barcelona y Madrid, pero solo coge temperatura los días señalados. Los horarios, las retransmisiones en abierto y los precios desde luego tampoco ayudan en ese sentido.
Por otro lado el creciente interés que genera el fútbol entre las mujeres es un valor a explotar. El fútbol femenino avanza a pasos de gigante y la nueva directiva debe poner el foco también ahí. El Athletic fue pionero en contar con un equipo femenino de primer nivel, pero en los últimos años las apuestas millonarias de otros equipos han hecho bajar varios peldaños a las leonas. La fuga de jugadoras es constante y sin duda hace falta un impulso que permita consolidar un proyecto en una liga cada vez más competitiva. Elizegi tuvo el gesto de presentarse al primer equipo y al cuerpo técnico en su primer día en Lezama, una cercanía que el área femenina del club ha agradecido estos años, pero de nuevo la trayectoria a nivel de resultados ha sido errática. Iraia Iturregi parece una apuesta de largo recorrido al frente del equipo.
Tampoco hay que dejar de mirar a otras iniciativas a nivel social que ponen en marcha otros equipos del entorno como ha sido el caso del grupo Baskonia Alavés con su proyecto de universidad Euneiz, un centro formativo en ramas como la teconlogía, la salud o el deporte. La iniciativa del grupo de Josean Querejeta cuenta con el respaldo de las instituciones vascas y sirve para dar el club una dimensión más allá del aspecto estrictamente deportivo.