Familias de acogida de ucranianos protestan por la lentitud de las ayudas del Gobierno vasco

El pasado 24 de marzo, Ina Robles y su familia acogieron en su hogar, en Berango, a una familia ucraniana que, como otras tantas, huían de la guerra que había estallado en su país. Si bien lo hicieron de manera altruista sin pedir nada a cambio, lo cierto es que Robles está “quemado” de “tanta hipocresía en las Administraciones”. Algo por lo que no pudo evitar la necesidad de denunciar en su cuenta de Twitter que “lo único que han hecho de momento es volvernos locos, freírnos a tasas y hacerse fotos”.

El núcleo familiar de Robles ahora cuenta con tres nuevos integrantes: un matrimonio y una niña de cuatro años, por lo que los gastos se multiplican. “Mantenemos dos familias con el sueldo de una. Es un esfuerzo que contábamos con ello”, aclara el getxotarra, y añade que “no pedimos ayudas, pedimos que si la Administración vasca se compromete a dar ayudas, las lleve a cabo y no se pongan la medalla y le den tanto brillo”. No obstante, no han recibido ningún tipo de apoyo por parte del Gobierno vasco ni los ayuntamientos locales. Así, piden “menos hipocresía”.

Por su parte, desde el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, advierten que el pasado 2 de mayo activaron las ayudas del Fondo Isuri, destinadas a atender las necesidades generadas en Euskadi por la invasión rusa a Ucrania. Este fondo cuenta con 15,1 millones de euros y se divide en dos líneas de trabajo: una para apoyo y acogida a familias con estatuto de protección temporal y otra de atención a grupos vulnerables de la sociedad vasca afectados por la guerra. No obstante, desde el Ejecutivo vasco advierten que “estas ayudas no se gestionan de un día para otro. Hay que tramitarlas”.

Representantes de la Asociación Ucrania en Euskadi en una concentración ante el ayuntamiento de Bilbao. / EP

Reunión en Getxo

En este contexto, el exconcejal de Podemos en Getxo critica “la hipocresía” en torno al conflicto a lo largo de los tres últimos meses y medio. “Seguimos comprando gas a los rusos, y vendiendo armas. Y, de momento, en el País Vasco las instituciones no han ayudado a las familias. Lo único que han hecho ha sido decir todo lo que hacen y luego no hacen”, explica. Así, el pasado día 29 las familias mantuvieron una reunión en Getxo junto con el Ayuntamiento del municipio vizcaíno y representantes del Gobierno vasco con el fin de explicarles “cómo tramitar las ayudas”.

Lo cierto es que, según cuenta Robles, “estuvieron tres horas vendiéndonos todo lo que estaban haciendo y nos pidieron permiso para publicar fotos de la reunión”. Finalmente “no nos dieron ningún tipo de información, salimos de la reunión igual que entramos. Salimos ofendidos”. Por la contra, el getxotarra agradece la labor de las asociaciones y colectivos de ayuda humanitaria, que "lo están haciendo chapó".

Un complemento ante la "ausencia de ayudas del Gobierno central"

Si bien la atención de las personas y familias solicitantes de asilo y refugio es competencia de la Administración General del Estado, las competencias de la Delegación de Gobierno en Euskadi son "la concesión del permiso de protección temporal (se tramita en las comisarías de la Policía Nacional) y las plazas de acogida financiadas por el Ministerio de Inclusión". 

Por lo tanto, desde el Gobierno vasco apuntan que esta partida de ayudas es un complemento al Sistema de Acogida de Protección Internacional y Temporal (SAPIT). "Las hemos activado ante la ausencia de ayudas del Gobierno central, que ante la situación están saturados", apuntan. Por ello, el Ejecutivo vasco las mantendrá “hasta que la Administración General del Estado desarrolle el conjunto de prestaciones propias del SAPIT, como, por ejemplo, una ayuda económica para el alquiler”, entre otras.