El Gobierno vasco ha presentado este sábado un estudio con motivo del Día Internacional de la Higiene Menstrual que señala que son más de 100.000 mujeres las que han tenido problemas económicos para poder costearse los productos menstruales en Euskadi. Según este trabajo del Departamento de Igualdad a petición del Parlamento vasco, la mitad de las mujeres consultadas por el Ejecutivo autonómico aseguran que han usado productos menstruales más tiempos del recomendado y alrededor de 272.000 vascas no recibieron la educación suficiente antes de su primera menstruación.

El trabajo, realizado por Emakunde con el apoyo de EDE Fundazioa, extrapola a Euskadi los resultados de otros estudios centrados en ámbitos territoriales como los elaborados por asociaciones de consumidores o el que realizó en 2021 el Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol i Gurina El trabajo del Ejecutivo concluye que la pobreza menstrual afecta a todas las mujeres al suponer un gasto para todas ellas, pero afecta de forma especialmente notable a las mujeres en situación de riesgo de pobreza o exclusión, que en Euskadi son el 8,6 %.

Según este estudio, algo más de 188.000 mujeres se han visto en la necesidad de comprar productos menstruales más baratos por dificultades económicas y el 51,3 % de las encuestadas reconoce haber dejado de comprar productos menstruales para poder hacer frente a otros gastos referidos a la alimentación o la vivienda.

349.108 mujeres en edad fértil de la CAV han mantenido en alguna ocasión el producto menstrual más tiempo del recomendable por no encontrar un lugar apto y adecuadamente equipado para su renovación y en torno a 37.270 mujeres están asumiendo con normalidad que la menstruación va acompañada de dolores intensos mientras que otras 18.900 no consideran necesario consultar a un profesional por dolor menstrual intenso. En esta misma línea, el estudio arroja el dato de que cerca de 272.700 mujeres no habrían recibido educación menstrual alguna o habrían recibido una educación parcial, limitada únicamente al ámbito familiar, antes de su primera menstruación.

El informe plantea algunas recomendaciones para minimizar el impacto de la pobreza menstrual como la eliminación o reducción del IVA aplicado a los productos menstruales, el reparto gratuito de los mismos en puntos estratégicos o el mantenimiento de baños y servicios públicos abiertos durante las 24 horas.