El arranque de 2022 ya vino marcado por la inflación que venía subiendo meses atrás. El estallido de la guerra de Ucrania agudizó el incremento de los precios, fundamentalmente los de la energía. Ante este contexto, los hogares vascos han vuelto al pesimismo debido al escenario de incertidumbre derivado de la guerra y del constante incremento de los precios, según el estudio de confianza de Laboral Kutxa correspondiente al segundo trimestre de 2022.
La situación actual "no parece que vaya a resolverse a corto plazo", según el informe de la cooperativa de crédito vasca. Por ello, los índices de confianza en los hogares vascos se sitúa en -7, lo que consolida su vuelta al pesimismo, al igual que en el conjunto de España (-25) y en la Unión Europa (-27).
Los vascos no vislumbran expectativas de crecimiento con respecto a la evolución de la economía en general (-20) y de la del hogar (-17). De hecho, según recoge el estudio, el repunte de los precios "recorta la capacidad de gasto" de los hogares. No obstante, en lo que respecta a la evolución del desempleo (8) y su capacidad de ahorro (1), siguen siendo optimistas.
Los malos datos del segundo trimestre de 2022 relativos a los precios acentúan el mayor pesimismo de la población vasca: la evolución de los mismos (-52). Por ello, dada la valoración del momento actual, no se vislumbra intención para realizar grandes compras (-35), por lo que se deterioran las expectativas de llevar a cabo este tipo de operaciones (-7).
Compra en un supermercado. / EP
Aumenta la compraventa de viviendas
El crecimiento del consumo de los hogares vascos se había ralentizado en el primer trimestre y ahora se confirma la bajada en la matriculación de vehículos, aunque sigue recuperándose la compraventa de viviendas (un 16,6% más entre enero y marzo), al acercarse a los niveles de 2007.
En conclusión, Laboral Kutxa cree que los hogares vascos van a "reconsiderar y dimensionar" sus estrategias de gasto e inversión, "de acuerdo con su fondo de ahorro y la previsible subida de tipos de interés".