Después de que la Fiscalía polaca haya pedido prorrogar de nuevo la prisión preventiva decretada para el periodista vasco Pablo González, la familia del colaborador de varias cabeceras de Euskadi ha decidido mover ficha y pedirle al Gobierno central que medie para tratar de resolver la situación. González lleva arrestado desde el pasado 28 de febrero, a los cuatro días de estallar la guerra, acusado por la Agencia de Seguridad Interna (ABW) polaca de trabajar para la inteligencia militar de Rusia, país del que el periodista vasco también tiene la nacionalidad.
Oihana Goiriena, pareja del periodista, ha pedido este sábado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que interceda por el periodista para que pueda tener una defensa y un juicio "justo", así como que se respeten sus derechos. La petición de Goiriena llega a menos de 48 horas de que el tribunal regional de Przemysl decida este lunes sobre si renovar o no la prisión de González. Algo que ya ha adelantado su pareja que tendrá el aval judicial.
"No han presentado pruebas nuevas, pero si las que tienen les fueron suficientes hace tres meses para prolongarle la prisión preventiva, yo creo que esta vez también lo admitirán y tendrá que cumplir". Así de decepcionada se ha mostrado en Radio Euskadi una Oihana Goiriena que ha calificado la situación de "increíble" y "absurda".
La petición del respeto a los derechos de González no es baladí. A día de hoy Polonia todavía no ha permitido a la familia del periodista vasco comunicarse directamente con él en este medio año: ni se le ha podido llamar en estos casi seis meses ni se le ha permitido recibir visitas. Las comunicaciones permitidas solo son a través de cartas y, según ha asegurado su compañera sentimental, estas llegan con dos meses de retraso.
Goiriena ha asegurado que de las misivas de González extrae la conclusión de que se encuentra bien de salud, pero "triste" en lo anímico porque "se siente solo". "Se le hace muy duro sin hablar con nosotros", ha asegurado Goiriena.