La situación que atraviesa Osakidetza en los últimos meses no solo está afectando a grandes hospitales y centros de salud en las localidades más pobladas de Euskadi. También hay consecuencias en la medicina rural que, aunque de manera más desapercibida, está sufriendo cómo la sanidad pública pasa por un momento “complicado”.
La fragmentación dentro del propio sistema de salud entre institución y profesionales y las consecuencias que esta está provocando en los pacientes se ve reflejada en un entorno rural en el que la falta de personal, las largas distancias y el cierre de algunos centros pequeños están provocando el descontento de muchos pacientes.
La Llanada Alavesa es un ejemplo de ello. “Falta personal'', explican los alcaldes de la comarca, y esto está provocando que haya ambulatorios cerrados, como el de Ozaeta, para que se de servicio exclusivamente en uno de los municipios: Agurain. Sus médicos están atendiendo hasta 45 personas al día. “La saturación y la carga de trabajo es tremenda”, ha explicado en comisión parlamentaria Erika Letamendi (EH Bildu), alcaldesa de San Millán. “Los presupuestos van aumentando y es nuestro deber como políticos hacer que esto pase. Pero no vale con aumentar la partida, hay que dar soluciones”.
Letamendi ha ejercido como portavoz de distintos pueblos de La Llanada: Alegria-Dulantzi, Asparrena, Barrundia, San Millán y Zalduondo, y ha denunciado la situación sanitaria por la que está atravesando la comarca. Según ha explicado, hay siete médicos para 13.000 pacientes; profesionales que cuando cogen la baja o vacaciones no son sustituidos. “Normalmente no nos atiende un médico, solo la enfermera. Acabamos recibiendo la atención pero nos tenemos que mover mucho”, ha insistido, “nos hacen falta más profesionales. Un administrativo y un auxiliar de enfermería”.
Con Pediatría este problema se agudiza. Hay dos pediatras para toda la comarca y no se hacen sustituciones.“Cuando un pediatra está de vacaciones o de baja todos los niños y niñas tienen que ir a Agurain y a los menores de a partir de dos años, por falta de personal, no se les hace revisiones. Todo lo que es preventivo, no se hace”, ha destacado.
Rehabilitación y trabajos comunitarios
Consuelo Auzmendi (EH Bildu), alcaldesa de Asparrena, ha añadido: “Entendemos que no haya especialistas de todos los ámbitos, pero sí que debería haber de los más necesarios. En rehabilitación, por ejemplo, no hay. Y en la comarca no hay día que alguien no tenga que ver a ese especialista. Para poder tener ese servicio tienes que desplazarte hasta Vitoria, e ir y volver todos los días es horrible. Al final te acabas yendo a la sanidad privada”.
Desde este ayuntamiento antes de la pandemia también se estaba trabajando en trabajo comunitario con talleres de alimentación, deporte colectivo, etc. “Ahora desde el ayuntamiento no nos atrevemos ni a hablar con el centro de salud de esto”, ha concluido.