En noviembre de 1989 caía el Muro de Berlín, solo un año después comenzaría la guerra del Golfo y a su vez Sudáfrica y Namibia vivían en un sistema de segregación racial, también conocido como Apartheid. Al mismo tiempo, en Euskadi se estaba viviendo un escenario que resultaría familiar. A través de asesinatos, secuestros y extorsión, el grupo terrorista ETA había instaurado un clima de miedo en el territorio; miedo que se experimentó en las calles vascas hasta 2011. Fidel Raso, natural de Sestao, vivió muy de cerca esta serie de acontecimientos.
Acompañado siempre de su cámara, este fotoperiodista cubrió los conflictos que sacudieron al mundo durante más de 30 años; así como el que sacudió a Euskadi durante 60 años. Ahora, recoge sus vivencias en 'Crónica de 30 años en primera línea. ETA, Euskadi y el mundo', una extensa narración que tal y como admite el que fue reportero gráfico de Diario 16 en el País Vasco y miembro del grupo de investigación de los GAL, “abre la violencia de ETA a la visión de cómo estaba el mundo a su alrededor porque cuando uno tiene la visión global de que el mundo estaba cambiando y a la vez estaba el terrorismo, el impacto de anális en mucho mejor”.
El terrorismo como eje principal
Su “gran crónica” nace fruto de una aspiración frustrada en su momento. El periodista, licenciado por la UPV, decidió escribir este libro hace años cuando se dispuso a hacer un doctorado centrado en los fotoperiodistas que trabajaron en el País Vasco durante los años activos del terrorismo de ETA. “Con el foco puesto no tanto en sus fotos, sino en sus experiencias personales”, explica. “Con el paso del tiempo y mis continuos viajes, lo fui posponiendo hasta el punto de que mis propias experiencias tenían cabida. Todo estaba relacionado”. Finalmente, y tras la insistencias de otros profesionales del medio decidió hacer una “crónica de los acontecimientos más importantes de los que había sido testigo, con el terrorismo en Euskadi como eje principal”.
Entre estos acontecimientos, a los que el propio escritor cataloga como “los hechos que cambiaron las historia de la humanidad”, están la caída del Muro de Berlín y las elecciones posteriores de Alemania del Este, las primeras elecciones democráticas de Rusia de 1991, la primera guerra del Golfo o el Apartheid. Grandes cambios entre los dos siglos que marcaron la historia de la humanidad, y que, para Fidel Raso, estaban muy relacionados con lo que estaba sucediendo en el País Vasco. "Yo iba de enviado especial a cubrir estos acontecimientos y cuando volvia al País Vasco sentía que nada cambiaba".
“Como ciudadano vasco y periodista me afectaba más que hubiese un problema tan difícil de solucionar, tan duro… Con extorsiones y tanta sangre en la calle. Siendo testigo de la caída del muro de Berlín me di cuenta de que no había habido ni un solo disparo, ni un solo muerto, y estaban enfrentadas dos superpotencias. Al final ambas llegaron a una solución y no pasó absolutamente nada que pusiera en tensión al mundo. Yo volvía de Berlín al País Vasco y veía una sociedad que tenía sus estructuras políticas consolidadas, recursos, ocio… pero que en ese contexto de “normalidad” se mataba a gente con tiros en la nuca o con coches bomba”, insiste.
Las fotografías que le ayudaron a no entender la vida
A los documentos gráficos que incluye el libro él los cataloga como “las fotos que le ayudaron a no entender la vida”. Confiesa que es la suma de todas ellas la que hace que reflexione sobre ello. “No sabría decir una que me marcase más que las demás. Todas forman parte de un relato, de una unidad que se complementa. Aunque, es cierto que el bloque del terrorismo me marcó más”.
Sin personajes ficticios ni hechos irreales, el fotoperiodista consigue narrar todo lo que vivió durante esos más de 30 años. Intercalando narración y fotografías muestra el contexto internacional que se vivía durante los años que el terrorismo golpeó Euskadi y cómo él como periodista vasco, que pudo vivir ambos, lo experimentó. “Veía que esos acontecimientos que marcarían la historia se vivían de una forma más pacífica; aterrizaba aquí y me encontraba muertos, atentados y funerales y veía además que la gente continuaba con su vida porque lo había normalizado”.
Precisamente espera que este libro ayude a recordar lo que se vivió en Euskadi y el contexto social en el que se vivió. “Es evidente que aquí las diferencias políticas y de opinión estaban generando mucha tensión, pero la repetición de hechos violentos hacía que no diese tiempo a un análisis sereno. Fueron años de violencia continua y, en cierta manera, la sociedad empezó a malvivir con normalidad en estas situación”, añade. Así nace ‘Crónica de 30 años en primera línea”: para visibilizar el pasado y saber que este tuvo sus consecuencias en el futuro.