Este 2023 se cumplen 10 años desde que el barrio de Errekaleor fuese okupado. Este es un barrio situado a las afueras de Vitoria que, en sus principios, fue hogar de los trabajadores durante la expansión industrial. Durante los primeros años del siglo XXI, la ciudad comenzó a expandirse en el sur, por lo que se decidió realojar a sus habitantes en otras zonas y demoler los bloques. Algunos se marcharon, pero otros se negaron. En 2013, cuando aún quedaban algunos vecinos, un grupo de estudiantes okupó el bloque 26 “con el objetivo de revitalizar el barrio y la comunidad”. Sostienen que, en aquel entonces, estos jóvenes contaban con el apoyo de los antiguos vecinos que todavía aguantaban en el barrio. Desde entonces, “el proyecto” ha ido tomando más envergadura, ha llegado más gente a okupar las viviendas —de propiedad municipal— y han creado su propio espacio con zonas comunes, instalaciones y actividades.

Una de las plazas de Errekaleor / CV

Recorremos el barrio junto a dos de sus vecinos, Ane y Joseba, para conocer más sobre el día a día de este lugar único en España. Definen a Errekaleor Bizirik como “un proyecto autogestionado y comunitario” con el que pretenden “crear otra forma de vida alternativa al sistema capitalista neoliberal”. Actualmente, en los 32 bloques del barrio viven, dependiendo del momento, entre 100 y 150 personas. En cada uno de los bloques hay seis viviendas aunque no todas ellas se destinan a uso doméstico, también se utilizan para llevar a cabo las diferentes iniciativas que se ponen en marcha desde el barrio. 

Se autogestionan y dirigen ellos mismos a través de una asamblea. Además, están organizados en grupos de trabajo, que se reúnen cada jueves para coordinarse y poner en común los temas que consideren. Aseguran, que “es un barrio abierto al que llega gente de diferentes maneras”, aunque reconocen que, previamente, sí hay lo que denominan un “conocimiento mutuo”. “Vemos si se comparten los valores y pilares fundamentales. Hay temas como por ejemplo el feminismo o la importancia del euskera que hay que tener en común”, explica Ane. 

 

Errekaleor / CV

 

Energía con placas solares

El Ayuntamiento de Vitoria ha llevado a cabo dos cortes de luz desde que el barrio se okupó. El segundo de ellos, en 2017, fue definitivo. Fue entonces cuando pusieron en marcha un crowdfunding con el que consiguieron más de 100.000 euros. Con lo recaudado, instalaron placas solares y es así como desde entonces se autoabastecen con luz solar. El abastecimiento de agua es de uso público y no pagan por ella. Desde Errekaleor aseguran que se muestran "dispuestos a hablar sobre este tema con el ayuntamiento porque es el dueño de las casas" y defienden que "el agua debería ser un derecho universal y gratuita para todos los ciudadanos". 

Se calientan con leña y cocinan con gas. “Además de ser un referente de isla energética, apostamos por una reducción del consumo”, explican. Así, proponen “una forma de vida en común y reducir los consumos”. Es el caso, por ejemplo, de los frigoríficos, que hay uno en cada bloque o del almacén de comida, que es común para todos los vecinos.

También cuentan con huertos. Uno de ellos abastece al barrio y después hay pequeños huertos en los que trabajan solo algunos vecinos. Asimismo, existen otros abiertos a la ciudadanía, alrededor de 100 personas tienen su huerta en este lugar con su propia asamblea, que se coordina con la de Errekaleor. 

Huertos de Errekaleor / Errekaleor Bizirik

Actividades abiertas a la ciudadanía

En Errekaleor existen diferentes espacios y actividades organizadas por la gente del barrio. Desde el taller de bicis, la tienda gratis o la imprenta, hasta charlas y conciertos. En el ‘herrigimnasio’, por ejemplo, se pueden practicar deportes como el boxeo o la escalada. Son actividades gratuitas a las que pueden acudir, además, personas de fuera del barrio, al igual que a las charlas y conciertos o hacer uso de la imprenta. “Hay gente que ya conoce por redes sociales lo que hacemos, se pone en contacto con quien lo organiza y se le da el horario”, cuenta Joseba.

Otra de las actividades con las que cuenta el barrio es la ludoteca —impulsada por una de las vecinas que es madre— y en la que participan niños del barrio y también de otros entornos.

Los murales en los bloques son uno de los aspectos más llamativos y representativos de Errekaleor. Son murales —nos cuentan— pintados tanto por artistas locales e internacionales y que siempre reivindican y lanzan un mensaje. “La mayoría de veces el artista hace una propuesta, el grupo de cultura la revisa y el artista lo realiza”.

Uno de los murales del barrio / CV

Desalojo y posterior derribo

El Ayuntamiento de Vitoria ha señalado en ocasiones la intención de desalojar los bloques para su posterior derribo. Fuentes del Consistorio aseguran a Crónica Vasca que mantienen firme su postura de “no apoyar la okupación ilegal de viviendas en el municipio”. En este sentido, se refieren al caso de desalojo y derribo de las viviendas de Olarizu, los distintos desalojos y denuncias en pisos municipales okupados o el recién iniciado proceso en Los Arquillos. 

Por su parte, desde el barrio aseguran que tienen apoyo social de quienes comparten sus ideales y que esos mismos ven el barrio como “un espacio cultural y social”. Llega apoyo —cuentan— por parte de personas de Vitoria y alrededores, pero también de lugares como Francia o Alemania. “Cuando se hace un viaje y se conoce a gente de otros proyectos, muchos conocen Errekaleor o, al menos, han escuchado algo”, señala Joseba. 

Aún así, tienen presente la posibilidad de que en un futuro se les desaloje y dicen ser conscientes "de que existe una campaña contra la okupación en la ciudad” y hacen referencia al caso de Olarizu. “Lo que ha impedido un desalojo de Errekaleor ha sido que estamos organizados y contamos con este apoyo social. El desalojo es algo que quizás no sea inminente, pero sabemos que está ahí, por eso estamos atentos a lo que se dice desde el ayuntamiento en los medios de comunicación”.

Y, ¿sería posible la creación de ‘otro Errekaleor’ en otras zonas? Ellos opinan que sí, que en el contexto actual y futuro, es viable ya que “reivindican la okupación como alternativa a la especulación de la vivienda”. En su opinión, esta forma de actuar “es una respuesta a una necesidad básica que no se cubre” y por eso estiman que “es normal que exista”.