Se llenaban de fiesteros cada fin de semana. Era un no parar. Una copa por aquí, un bailoteo por allá a ritmo del rock y pop de la época. La noche era joven y no había ninguna prisa en las inolvidables de Bilbao, en aquellas discotecas que dejaron huella en los vascos durante décadas. De estas lo único que queda ahora es un amor, un grupo de amigos o un buen recuerdo en la memoria

Las inolvidables de Bilbao 

En la Plaza Venezuela, 1, donde se situaba Crystal o La Bola de Cristal, ya no hay ruido. No del bueno, al menos. Solo una persiana echada que no tardará mucho en ser levantada para albergar un nuevo club y restaurante. 

En los años 80 era un público de mediana edad y una banda de funk los que se dedicaban a dar buen ambiente alrededor de unas decoraciones rosas y grises, típicas de la época. Pero, como ocurre en muchas ocasiones, Crystal pasó a depender de otros dueños y se volvió un local que, pese a conservar su neón rosa, empezó a ofrecer espectáculos de transformismo y sesiones de fotolog. 

Gaueko, en la calle Ronda, 25, del Casco Viejo, es una de las más recordadas. Nacido en 1975, al principio se pensó como un establecimiento nocturno para celebrar conciertos y descubrir cantantes. Los fiesteros bailaban en un ambiente lleno de azulejos blancos, lavabos y lavadoras a ritmo de Prince o PiL.

Por último, La JaulaEl Garaje, en Ibarrekolanda fue uno de los más queridos por los rockeros adolescentes. Conciertos de rock and roll, garaje y gogós plagaban el ambiente cada semana. Todo un sueño que vivieron muchos entre talleres hasta el día de su cierre por los 'trapicheos'.

A mediados de los 80, el local acabó en manos de Rafabilly y Karmelo, que lo convirtieron en El Garaje, un bar rockero. No cambió mucho. Todo seguía parecido: un pasillo enorme con mostrador, la cabina de camión en la pared y el alto escenario. Es después de su cierre cuando los talleres de coches ocupan su espacio

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