Cada veinte minutos muere en España una persona por cáncer de pulmón, una enfermedad de la que se diagnosticaron el año pasado casi 30.000 casos nuevos y que representa casi un 25% de todas las muertes por tumores malignos. Según un estudio de los doctores José Miguel Sanz Anquela y Manuel Peinado Lorca, entre el 8 y el 12% de ellos se deben a la exposición al amianto, cifra que supone que cerca de 3.000 fallecidos españoles por cáncer de pulmón al año son víctimas del amianto. 

Fue el caso del bizkino Demetrio C. que falleció por asbestosis pleuropulmonar en 2021, después de haber trabajado durante 24 años en el fabricante y comercializador de productos siderúrgicos, FOSECO. Sin embargo, y para sorpresa de su viuda, la Seguridad Social negó a la familia poder recibir las prestaciones derivadas de enfermedad profesional, ya que según este organismo, la causa del fallecimiento fue derivada del covid y no de la enfermedad pulmonar crónica causada por la inhalación de fibras de asbesto. 

Desde 1970 hasta 1994, Demetrio C. realizó trabajos de empaquetado y desempaquetado de componentes que contenían amianto, lo que le causó que el 26 de septiembre de 2019, este fuese diagnosticado con asbestosis pleuropulmonar. Y es que, hasta un 10% de los trabajadores que experimentan un contacto intenso y prolongado con el amianto desarrollan esta enfermedad, cuyos síntomas, generalmente, no aparecen hasta muchos años después de la exposición inicial.

Dos años después, este vasco ingresó en el hospital donde acabaría falleciendo, con una neumonía bilateral e insuficiencia respiratoria grave. Y, aunque si bien en un primer momento el certificado de defunción sí que señalaba esta enfermedad causada por el amianto como causa de la muerte; la Seguridad Social, y el INSS, rechazaron facilitar a la viuda las ayudas derivadas de enfermedad profesional porque señalaba la causa de fallecimiento una enfermedad común, el covid. 

Amianto

"Sin asbestosis no habría fallecido"

Han sido años de larga lucha para que finalmente se haya demostrado que Demetrio falleció por la enfermedad causada por su exposición prolongada al amianto, y no por covid, y que de esta manera su familia pueda optar a estas prestaciones. El juicio se celebró el pasado día 6 de septiembre y en él, el médico y perito José Miguel Sanz Anquela, trató -y consiguió- demostrar como la asbestosis fue la causa fundamental del fallecimiento de este bizkaino de 78 años de edad. Como “según los estudios estadísticos, Demetrio no habría fallecido si no hubiese tenido asbestosis”. Prueba que ha hecho que la lucha de esta familia acabe con final feliz: el juzgado número 7 de Bilbao ha declarado que la causa del fallecimiento de Demetrio fue la asbestosis pleuropulmonar y ha revocado la decisión del INSS, de señalar una enfermedad común, causada por el covid, como causa de la muerta. 

“A juicio de la neumólogo que estudió en su día el caso y firma el informe de exitus, la asbestosis pleuro pulmonar fue la causa fundamental del fallecimiento, dado que es la enfermedad que ha llevado al daño crónico de los pulmones debido a la exposición al amianto. Las condiciones intermedias, como la neumonía COVID y la hemorragia digestiva, contribuyeron a complicar la salud de Demetrio y a empeorar la función pulmonar, lo que finalmente condujo a la insuficiencia respiratoria grave, que fue la causa inmediata de la muerte”, explica el doctor y perito del caso José Miguel Sanz Anquela. Quien en su estudio, indica que cada año hay más fallecimiento por cáncer de pulmón que por sus equivalentes de colon, mama y próstata juntos. 

“La asbestosis es la enfermedad provocada por amianto que mayor nivel de exposición precisa y por tanto es la más prevenible”, explica. “Ya que puede evitarse disminuyendo la exposición por debajo del umbral acumulado de 25 fibras/ml/año. Por debajo de esta exposición es muy improbable que la enfermedad aparezca”, insiste. Aunque asegura que una sentencia de primera instancia no crea jurisprudencia, apunta “si esta fuera recurrida y llegase hasta el Tribunal Supremo quien confirmase la sentencia de primera instancia, podría ser utilizada en casos semejantes”. Un movimiento que podría provocar que miles de familias diesen el paso para probar que su familiar murió a causa de la exposición a este material. 

El doctor, que ha estado trabajando en otros tres casos relacionados con el amianto, asegura que esta es una sentencia importante en el sentido que podría impulsar a otras familias a hacer visible esta enfermedad, enfermedad laboral para la que todavía el Gobierno no ha creado un fondo de compensación para sus víctimas. En Euskadi, dado su carácter industrial se espera que en los próximos años se diagnostique un número elevado de enfermos por asbestosis, aunque Sanz Anquela recuerda que es un problema latente en todo el país: “Esta sentencia no solo se basa en los aspectos médicos, es muy importante que alude a una sentencia del TSJ de Andalucía, sobre cómo debe interpretarse la conexión causal (enfermedad y muerte) y que no tenía por qué ser exclusiva, sino relevante, bastando pues con acreditar que la enfermedad profesional era una causa, sin que fuera necesario que fuera única”.

El trabajo con amianto fue prohibido en Euskadi en 2002, a partir de ese año este material está siendo retirado de tuberías, calderas, hornos, edificios, pabellones… De todo el territorio. Acción que, sin embargo, es insuficiente para las familias de los trabajadores que han muerto por su exposición a este material, que llevan décadas pidiendo un fondo de compensación para las víctimas del amianto. Fondo que, a día de hoy, todavía no ha llegado.