El récord al apellido más largo lo tiene una mujer de Hawái. Se trata de Janice "Lokelani" Keihanaikukauakahihuliheekahaunaele, que porta una sobrenombre de 36 letras, cuando su ciudad tan solo dejaba registrar 35. Y es que en todo el mundo existen apellidos largos y, por tanto, difíciles de pronunciar.
En España existen los más cortos, algunos a punto de desaparecer, como Pi, Sé, Sa, Oz, Si, No, Va y Ca. Los más comunes, sin embargo, no son todos estos, sino García, ya que cuentan con él más de un millón de españoles; Rodríguez y González, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El primero, pese a su origen vasco, no es el más corto de Euskadi. Pero este territorio sí cuenta con el más largo de España. Un apellido que solo llevan unas 8 personas, como apunta el buscador de apellidos del INE.
El apellido más largo de España: 22 letras
Y es que Euskadi tiene fama de tener unos apellidos enrevesados y muy extensos, por lo que no es de extrañar que registre el más largo. Se trata de Garrogerrikaetxebarria, de 22 letras. Aunque también puede ser, en español, Garroguerricaechevarria, de 23.
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Las ocho personas que lo llevan como primer apellido residen todas en la provincia de Bizkaia y solo 10 individuos lo tienen como segundo. Una de ellas en portarlo es la tiktoker @anepe.acedo que, en su TikTok, expone todos los apellidos vascos y más extensos que tiene. En cambio, el mismo apellido en español lo llevan cinco personas y, ocho, como segundo.
Historia de los apellidos
La Real Academia Española (RAE) señala que la palabra "apellido" es un "nombre de familia que sirve para distinguir a las personas". También recoge que puede ser un "sobrenombre o mote". Estos, tal y como los conocemos en la actualidad, surgieron en la época medieval, cuando los privilegiados empezaron a usarlos para identificar a los individuos en base a su lugar de procedencia o linaje.
Al principio, tan solo indicaban el sitio de origen, alguna que otra característica física de la persona para facilitar la identificación y la ocupación, entre otras cosas. Aunque los apellidos más antiguos en España tienen su raíz en el sistema patronímico que se fundamentaba en el nombre del padre.
Un sistema basado en registros que datan desde el siglo IX, cuando la alta nobleza comenzó a utilizar patronímicos, hasta el siglo XI, momento en el que todos los individuos firmaban con apellidos patronímicos. Cabe destacar que, aunque no pertenecieran a la alta nobleza, los apellidos más antiguos de España en muchas ocasiones tienen sus raíces en estos métodos iniciales.
Si un varón recibía el nombre de Hernán, el hijo tendría 'hernandez' como apellido. Si el pequeño se llamaba Gonzalo, el nieto del primer hombre llevaría el apellido González.
En los reinos de León, Castilla, Portugal, Navarra y Aragón, solía añadirse una 'z' al final del nombre paterno, mientras que los condados catalanes se limitaban a transcribir el nombre de pila de los padres en su variante romance, como Berenguer, Pons, Dalmau, entre otros.