El Ayuntamiento de Karrantza, el municipio vizcaíno al que la Diputación le dejó sin ayudas para arreglar sus problemas de saneamiento, está impulsando un proyecto de una depuradora más pequeña y así poder hacer frente a sus costes. El Consistorio ha encargado a una ingeniería un estudio de una depuradora ecológica.
Como ha informado este blog, este municipio no puede tratar adecuadamente sus aguas residuales por la carencia de una depuradora que se construyó la década pasada, pero lleva inutilizada ya 10 años tras una inversión de 9 millones de euros.
El conflicto sobre el tratamiento de agua en este municipio de la zona oeste de Bizkaia viene de años atrás. En el fondo está la reticencia del Ayuntamiento de Karrantza, gobernado por la plataforma independiente Karrantza Zabala, de integrarse en el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia, por el perjuicio económico para el municipio. “Las condiciones de entrada al CABB (Consorcio Aguas Bilbao Bizkaia) no son viables para la estabilidad presupuestaria”, concluye un informe del interventor municipal que “informa desfavorablemente a la entrada en el CABB bajo el condicionado requerido”.
Un informe de la auditoría Deloitte, elaborado en mayo de 2018, determinó que, con la integración, las nuevas tarifas de agua supondrían el cierre del 70% de las explotaciones ganaderas del municipio al ser “incapaces de remunerar su mano de obra propia”. Además, incidió en que se exige el Ayuntamiento que, antes de integrarse en el Consorcio, debe reparar toda la red secundaria de abastecimiento (más de 9 millones de euros) y ejecutar la planta de tratamiento (más de 20 millones).
Hace tres años la Diputación de Bizkaia rescindió los dos convenios suscritos con el Ayuntamiento de Karrantza hace ya 11 años. La ley obliga a las diputaciones, como entidad supramunicipal, a prestar asistencia a los ayuntamientos que, con su propio músculo financiero, no pueden ejecutar infraestructuras de alto coste como las estaciones depuradoras o de abastecimiento de agua.
La paralización de los convenios llevó al Ayuntamiento de Karrantza a presentar hace dos años dos denuncias en los tribunales, por la no ejecución de las redes de saneamiento y abastecimiento, respectivamente.
El Tribunal Superior vasco, en dos sentencias dictadas el 1 de julio del pasado año, consideró que los dos convenios están ya caducados. Pero se unía a la tesis de Ayuntamiento de Karrantza que la razón última de la anulación, y por tanto la paralización de las ayudas por 30 millones de euros, se debe a la negativa a integrarse en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB). En el fallo sobre las ayudas al abastecimiento, señalaba que “con respecto a la extinción de que se trata en las presentes denotan cierta connotación entre el hecho de no haberse integrado el Ayuntamiento de Karrantza en el CABB y, así, bien puede entenderse que tal circunstancia no es ajena al propósito que anida en el Acuerdo recurrido”.
En la sentencia sobre el saneamiento, dejaba abierta la vía a que el Ayuntamiento pueda exigir esas ayudas sin la obligación de consorciarse. Así, expresa que “el decaimiento del convenio no prejuzga negativamente cuantas acciones puedan asistir al Ayuntamiento recurrente para hacer valer en derecho la necesidad de una cooperación técnica y económica diferenciada ajena a dicho instrumento por parte de las otras instituciones comunes o forales del País Vasco, en la que dicho municipio ejercite dentro de la legalidad la capacidad decisoria que le corresponda y, -de ser ese el caso-, al margen del Consorcio de Aguas, del que precisamente la extinción del referido convenio en vez de someterle, le libera indiscutiblemente”
De esta forma, la Justicia advertía, por vez primera, que la entrada en el Consorcio de Aguas vizcaíno es voluntaria y no debe imponerse para recibir ayudas de la Diputación vizcaína.
Ante el bloqueo de la solución, este año se contrató a una ingeniería la elaboración de un estudio de viabilidad de una depuradora de aguas residuales ecológica para los núcleos urbanos principales de un municipio con su población muy diseminada, con una veintena de áreas de población.
La idea es que la depuradora para las cuatro zonas más urbanas funcione con “mecanismos y procesos naturales”, sin utilizar energía externa ni aditivos químicos, señala el estudio realizado por el ayuntamiento de Karrantza. Se diferencia de una depuradora convencional en que no requiere equipos ni maquinaria compleja que requiera un mantenimiento por técnicos especializados y apenas tiene consumo eléctrico.
En el caso de los 16 núcleos rurales, se plantea “sistemas unitarios distribuidos” por la localidad.
La depuración de las aguas residuales es un asunto urgente en Karrantza. La Agencia Vasca del Agua, Ura, dependiente del Gobierno vasco, ya le ha impuesto una multa por no realizar correctamente sus vertidos. Aunque en principio Ura impuso en 2021 una multa de casi 72.000 euros por falta grave, finalmente, la sanción quedó en la categoría de leve y se redujo diez veces, al fijarse en 7.500 euros tras aceptar las alegaciones del Ayuntamiento.