Queda un día para la llegada de la Nochevieja, para que todos se despidan del 2023 y celebrar la llegada del Año Nuevo con alegría. Una fecha en la que todos acuden a los supermercados para comprar los mejores racimos de uvas y recibir el año con buena suerte. Como dice la tradición, cada uva representa un deseo.
Esta costumbre española lleva celebrándose desde hace muchos años, podría ser desde el siglo XIX, ya que fue en este siglo cuando en el periódico El Correo Militar se hacía mención de la tradición. "La imperecedera costumbre de comer las uvas al oír sonar la primera campanada de las doce, tenía reunidas en fraternal coloquio a infinidad de familias, y todos a coro gritaron: ¡Un año más!", destacaba.
Las mejores uvas, las de Eroski
El supermercado de Eroski ofrece las mejores uvas variadas y de calidad para poder continuar con la costumbre con los seres queridos. Para ello vende racimos de uva blanca y uva morada. El kilo de la uva blanca sale a 2,40 euros, mientras que los 500 gramos tienen un precio de 1,20 euros.
El kilo, en cambio, de la uva morada es más caro, ya que tiene un precio de casi cuatro euros (3,80 euros) y el medio kilo sale a 1,90 euros. Tiene, además, uvas para niños sin pepitas que cuesta 6,50 euros el kilo y 3,25 euros la bandeja de 500 gramos.
Tiene otro tipo de uva morada sin semilla con un precio de 2,56 euros el medio kilo de bandeja y 5,12 euros el kilo. Así como uva blanca sin semilla por 2,72 euros el medio kilo de bandeja y 5,44 euros el kilo.
La tradición de las uvas en Euskadi
Las uvas dan buena suerte para el resto del año, pero en Euskadi no se han comido desde siempre. En el siglo XIX, las caceroladas y las cencerradas formaban diferentes fiestas que coincidían con la costumbre de las doce uvas. Antaño, al no haber televisión ni radio, en cada rincón de España se escogió un reloj y una campana para realizar las campanadas. En Bilbao se optó por el de la iglesia de San Nicolás y, en Vitoria-Gasteiz, por el de la iglesia de San Miguel Arcángel.
En Bilbao tardaron en realizar la tradición de las uvas, que surgió en los años 20. Una década en la que se cambiaron esta década se cambiaron las fiestas más tranquilas por las multitudinarias en El Arenal. Como indica el diario del Heraldo Alavés, todos se reunían en San Nicolás y caminaban hasta el ayuntamiento. "Iban afluyendo grupos de gente en actitud bullanguera armados de guitarras, acordeones y otros instrumentos democráticos contribuyendo, cada uno de ellos, a la baraúnda formidable que allí reinó durante unas horas", destaca.
El Noticiero Bilbaíno señaló en 1923 que, cada año, se generalizaba "la costumbre de comer uvas con la esperanza de lograr la felicidad en el nuevo año" y que la fruta se encontraba disponible para los clientes que quisieran probar suerte en diferentes puestos de frutería en el mercado.
En Vitoria-Gasteiz, Nochevieja se celebraba con vino caliente. En 1915, a las uvas ya se les llamaron "tradicionales", pues no podían no estar presentes en cada fin de año ni en los cotillones o en algunas obras de teatro.