Quedan tan solo tres días para Nochevieja. Una fecha con la que los ciudadanos de todo el mundo despiden el Año Nuevo para dar la bienvenida al 2024. Junto con la gran cena de fin de año llega la tradición de comer las 12 uvas en España mientras se escuchan las campanadas de fondo. 

Una tradición en la que cada una de las uvas representa un deseo para todos los meses del próximo año y que se ha extendido a más países, como Portugal o Latinoamérica. Esta se lleva realizando desde hace muchos años y hay teorías que señalan que la costumbre ya aparecía en los periódicos de 1882, cuando los burgueses bebían champán y comían uvas en la cena de Nochevieja. Para protestar, los madrileños hicieron sátira de ello uniéndose en la Puerta del Sol para comer uvas mientras escuchaban las campanadas

Lo que se sabe con certeza es que se llevan celebrando desde el siglo XIX, ya que fue en este siglo cuando en el periódico El Correo Militar se hacía mención de la tradición: "La imperecedera costumbre de comer las uvas al oír sonar la primera campanada de las doce, tenía reunidas en fraternal coloquio a infinidad de familias, y todos a coro gritaron: ¡Un año más!".

¿Desde cuándo toman uvas en Euskadi?

En los años 20, en Euskadi se celebraba la entrada de año con petardos, cohetes y ráfagas de aire por las armas de fuego, ya que algunos vascos contaban con escopetas y pistolas. Buscaban simplemente hacer ruido, pero a veces las balas acababan matando a algún ciudadano y prohibieron esta tradición, incluida la de los petardos

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Primaron, entonces, las celebraciones tranquilas. Las caceroladas o las cencerradas del siglo XIX dieron paso a diferentes fiestas y estas coincidieron con la tradición de las doce uvas. Antaño, al no haber televisión ni radio, en cada rincón de España se escogió un reloj y una campana para realizar las campanadas. En Bilbao se escogió la de la iglesia de San Nicolás y, en Vitoria-Gasteiz, la de la iglesia de San Miguel Arcángel. 

En Bilbao, por ejemplo, tardaron en realizar la tradición de las uvas, que surgió en los años 20. En esta década se cambiaron las fiestas familiares por las multitudinarias en El Arenal. Según el diario del Heraldo Alavés, los vecinos se juntaban en San Nicolás y caminaban hasta el ayuntamiento. "Iban afluyendo grupos de gente en actitud bullanguera armados de guitarras, acordeones y otros instrumentos democráticos contribuyendo, cada uno de ellos, a la baraúnda formidable que allí reinó durante unas horas", destaca. 

El Noticiero Bilbaíno señaló en 1923 que, cada año, se generalizaba "la costumbre de comer uvas con la esperanza de lograr la felicidad en el nuevo año" y que la fruta se encontraba disponible para los clientes que quisieran probar suerte en diferentes puestos de frutería en el mercado. 

En Vitoria-Gasteiz, por su parte, esta noche se celebraba con vino caliente. En 1915 ya se llamaron a las uvas "tradicionales", que no podían no estar presentes en cada Nochevieja ni en los cotillones o en algunas obras de teatro.