España es un país con muchísima historia y cultura, pues se erige sobre maravillosas localidades capaces de captar la atención de cualquiera, por lo que guarda impresionantes pueblos antiguos y muy pocos conocidos por los más curiosos. Algunos incluso se encuentran entre los más bonitos del Estado, como Ponte Maceira, Lerman o Albarracín, entre otros.
Otros, en cambio, son rincones escondidos, y no tan conocidos, que despiertan la curiosidad de los más aventureros y de aquellos que desean conocer la historia de estas pequeñas zonas. Los guardan, en especial, las comunidades de Castilla y León o Castilla-La Mancha, pero ello no significa que otras zonas del norte, y concretamente del territorio vasco, no alberguen maravillas únicas. Euskadi es igual de histórica y única que las regiones mencionadas y, por lo tanto, guarda localidades preciosas para visitar.
Iturrieta, el pueblo olvidado de Euskadi
Justo en la provincia de Álava se ubica uno de los municipios más olvidados del País Vasco. Lo es porque no cuenta con tantos habitantes. Se trata de Iturrieta, que pertenece al municipio de Salvatierra y es la localidad más alta de Euskadi con sus casi 1.000 metros de altitud.
Adquiere el nombre de 'pueblo fantasma' ya que se encuentra despoblado y, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en sus datos del padrón a 1 de enero de 2023, registra 17 vecinos. El Cronista, en su artículo Este "pueblo fantasma" del País Vasco está a 1000 metros de altura y atrae cada vez más turistas: ¿qué lo hace tan especial?, destaca que "su núcleo de población está abandonado y documentado ya desde 1563, pero a principios del siglo XX se instaló en su área una granja para el cultivo de patata, alrededor de la cual nació un pequeño pueblo".
Razón por la que se puede realizar turismo, hoy día, en el pueblo más alto de Euskadi sin ningún problema y disfrutando de las mejores vistas panorámicas. A pocos kilómetros de la zona se puede visitar Onraita-Erroera, que se encuentra dentro de la Cuadrilla de Kanpezu-Montaña Alavesa.
El pueblo más pequeño de Álava
Euskadi recoge decenas de pueblos pintorescos y, como cada Comunidad Autónoma, cuenta con su localidad más pequeña. Se trata de Labraza, un pueblo amurallado medieval en el concejo del municipio de Oyón, con tan solo unos 94 habitantes a 2023, como expone el INE. Este pintoresco lugar amurallado, que se recorre en poco tiempo, registra 0,57 hectáreas, según el Gobierno Vasco, y es "la villa más reducida del País Vasco". Cuidado con mucho mimo por sus vecinos y donde predomina la estética militar, en 2008 recibió el Premio Mundial de Ciudades Amuralladas al ser considerada una de las mejores conservadas del mundo.
Algunos piensan que este lugar sirvió de inspiración a Pío Baroja en su novela El mayorazgo de Labraz. Sea como sea, esta preciosa joya medieval merece una gran visita por sus pilares, los arroyos de Labraza y Valdevarón, y por sus increíbles vistas panorámicas sobre la cuenca del Ebro. Así como por sus cuatro torreones, el alcázar, saeteras, los pasadizos o los túneles secretos, entre otros.
De los siglos XIV y XV se conservan, además, la Fuente del Moro y la iglesia de San Miguel, protegida por los muros góticos. Y muy cerca de Labraza se ubica el Pinar de Dueñas, un bosque de pino que no deja a nadie indiferente.
Cerca de Labraza se halla la hermosa localidad de Laguardia, a media hora en coche. Rodeada hoy día de viñedos, este coqueto pueblo mantiene los restos medievales de hace años, como la muralla de cinco puertas de acceso que son capaces de transportar al pasado. La villa, además, alberga joyas como las iglesias de San Juan Bautista y la de Santa María de los Reyes (con vestigios del siglo XII), con un pórtico policromado por Juan Francisco de Rivera en el siglo XVII, según la web de Turismo Euskadi del Gobierno Vasco.
Mientras el turista se pasea por sus históricas calles podrá observar edificios medievales, barrocos, renacentistas y neoclásicos como el edificio civil "más antiguo" de la zona, la Casa de la Primicia del siglo XIV. Tampoco hay que dejar de lado la gran oferta enogastronómica, ya que Laguardia es un lugar repleto de bodegas y el vino es su seña de identidad. Estas son ideales para observar el proceso de producción del vino.