España entera se encuentra llenos de pueblos preciosos e históricos. Se trata de un país histórico y, como tal, se erige sobre localidades sorprendentes y capaces de captar la atención de cualquiera, por lo que guarda impresionantes pueblos antiguos muy conocidos y no tanto. Algunos incluso se encuentran entre los más bonitos del Estado, como Lerma, Ponte Maceira o Albarracín, entre otras joyas.
Otros, en cambio, son rincones escondidos, y no tan conocidos, que despiertan la curiosidad de los más aventureros y de aquellos que desean conocer la historia de estas pequeñas zonas. Los guardan, en especial, las comunidades de Castilla y León o Castilla-La Mancha, pero ello no significa que otras zonas del norte, y concretamente del territorio vasco, no alberguen maravillas únicas. Euskadi es igual de histórica y única que las regiones mencionadas y, por lo tanto, guarda localidades preciosas para visitar.
Muchas de estas se ubican en la provincia de Álava, donde se halla uno de los municipios más olvidados y conocido como el 'pueblo fantasma' del territorio vasco, Iturrieta, pues solo registra 17 vecinos según los datos del padrón de enero de 2023 del Instituto Nacional de Estadística (INE). Otro de los pueblos alaveses más llamativos alaveses es uno que lleva un nombre que transmite mucha felicidad.
Alegría-Dulantzi, el pueblo con el nombre más feliz
Este es el de Alegría-Dulantzi, de poco más de 3.000 habitantes. Este municipio alavés lo forman dos poblaciones de, como destaca la web de Euskadi Turismo en su artículo Alegría-Dulantzi, "gran patrimonio histórico". Son tres elementos los más llamativos de este pueblo y que componen la estructura de la localidad: la iglesia parroquial, el castillo de los Gaona y la muralla.
"Alegría-Dulantzi cuenta con un variado patrimonio cultural", apunta la web. El turista no se puede perder la iglesia de San Blas del siglo XVI. Tampoco la ermita románica de Nuestra Señora de Ayala con su "elegante portada de tres arcos". Cerca de la casa de los Gaona sobresale el convento de Santa Clara, "edificio que fue cedido como monasterio en 1581". En la plaza principal de la villa se puede observar la "majestuosa figura de la casa consistorial".
Quienes deseen acudir a sus fiestas patronales de San Blas lo podrán hacer a principios de febrero de cada año. El sábado anterior a la festividad, "el ambiente festivo se adueña de las calles de Alegría-Dulantzi" por la escenificación de la batalla entre carlistas y liberales llevada a cabo por los vecinos.
"Cabe destacar, asimismo, los festejos en honor a Nuestra Señora de Ayala, que tienen lugar durante el segundo fin de semana de septiembre, donde las blusas se convierten en el alma de las fiestas", apunta.