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La Navidad es solo motivo de nostalgia, estrés y tristeza, sino que supone felicidad para muchos. Una época del año que evoca alegría y belleza por sus adornos y decoraciones luminosas preciosas, árboles de Navidad, mercados y belenes únicos, canciones, villancicos y degustaciones, comidas, cenas y reuniones llenas de cariño y que son muy disfrutadas entre los amigos y las familias.

Es en estas fechas cuando, además, los pueblos vascos y cerca de Euskadi se llenan de color y figuras sorprendentes. Es el caso de uno ubicado a dos horas del País Vasco, entre Santander y Torrelavega, que acaba de llamar la atención de muchos turistas por ser precioso y transmitir una calidez y alegría inigualables

El pueblo más navideño cerca de Euskadi 

En este pueblo de casi 400 habitantes se encuentran las decoraciones de Navidad más impresionantes de Cantabria. Quijano de Piélagos es el pueblo navideño más bonito y sorprendente cerca del territorio vasco que ha cautivado a decenas de cántabros y vascos. Una localidad mantiene su tradición de decorar todas sus casas, cada una con una temática concreta, desde hace años. 

Este paraíso invernal lo tiene todo. La página web de Turismo de Cantabria expone en su artículo Navidad en Quijano que este pueblo cuenta con medio millón de bombillas "decorando cada rincón" del pueblo. "Quijano sorprende a todos los visitantes con su capacidad para encarnar el espíritu navideño de una manera única". Este año, el ayuntamiento ha incluido una novedad con el tren gratuito de la Navidad, "que conecta Quijano con la localidad vecina de Renedo de Piélagos". De esta manera, se facilita el acceso a los vecinos a esta villa única. 

Son más de veinte casas decoradas de diferentes temáticas las que dan forma al itinerario. "Cada fachada cuenta una historia diferente". Así, quienes visiten esta maravillosa área cántabra podrán disfrutar de un árbol enorme, de fábricas de juguetes hasta, de un tren tamaño real, de una "pastelería de ensueño", un puente mágico capaz de conceder deseos, una librería, una escuela de música o una heladería de cuento. 

"Los vecinos han tomado la iniciativa de diseñar sus propias decoraciones, logrando una simbiosis entre tradición y originalidad que convierte a este pueblo en el epicentro del turismo navideño de Cantabria", apunta la web. Porque no hace falta salir de España para ver pueblos navideños asombrosos. 

Sin una iluminación preciosa, la Navidad es menos Navidad, por ello esta es la gran protagonista del pueblo. "Miles de luces adornan cada rincón, creando un ambiente que no solo atrae a familias y curiosos, sino que también despierta el interés de fotógrafos y amantes de la Navidad en su máxima expresión".

Si Cantabria ya era hermosa antes de Navidad, ahora se encuentra vestida de magia y luces y el turista es capaz de sentirse como si estuviera en un cuento invernal. Un rincón mágico inigualable y que, sin duda, hay que visitar.