Euskadi está lleno de maravillosos pueblos por todos sus rincones. Cada una de estas joyas únicas mantiene un encanto propio. Desde la localidad con el nombre más largo y el más corto hasta el pueblo más alto, el que tiene un nombre más bonito o más feo, el pueblo con parecidos suizos y el que conquistó a Alfonso XIII, y el rincón más hermoso y más feo del País Vasco.
El País Vasco es el rey de las sorpresas, por ello guarda incluso el rincón más curioso. Se trata de un precioso pueblo vizcaíno no muy conocido y con un restaurante de Estrella Michelin. Una auténtica maravilla vasca.
Atxondo, el pueblo Michelin
El coqueto pueblo de Atxondo, en la provincia de Bizkaia, se encuentra formado, según la página web del Gobierno Vasco, Turismo Euskadi, en su artículo Atxondo, por los "antiguos municipios" de Arrazola, Apatamonasterio y Axpe, y se ubica muy cerca del Parque Natural de Urkiola, lo que lo vuelve una localidad de ensueño.
La localidad permite disfrutar no solo del conjunto de torre y templo dedicado a San Martín de Marzana, que pertenecía a una de "las familias más poderosas" del valle, sino de planes o rutas rodeadas de parajes inigualables. La zona con un mayor número de vecinos, Apatamonasterio, presenta un camino de cinco kilómetros de largo y por el que circuló un ferrocarril minero hasta el año 1920.
"El recorrido, dominado por la cumbre caliza del Anboto, es totalmente llano y permite disfrutar con comodidad del verde paisaje salpicado de cuidados caseríos y pequeños núcleos rurales. Además, a lo largo del camino, hay varias fuentes y accesos a restaurantes donde nos deleitaremos con la excelente gastronomía de la zona", apunta la web.
Como es el caso de Txispa, el restaurante de Estrella Michelin vasco-japonés del chef Tetsuro Maeda en un caserío vasco de más de 400 años de historia. Los platos del menú rebosan belleza en un espacio minimalista en el interior de un caserío con piedra descubierta, vigas de madera y cristaleras que dirigen a los comensales hacia la naturaleza.
Maeda consigue ofrecer unos bocados sorprendentes en un menú de más de 200 euros a partir de productos de la huerta recogidos a diario y adaptados a las diferentes estaciones del año. Un menú que, como destaca en su propia web, transporta al "corazón de la cocina japonesa" al comensal. Cada bocado cuenta.
El viaje empieza en Etarte y lleva a "diferentes estancias". Asimismo, el local da la oportunidad de conocer al chef y de poder comer con este el aperitivo. "Te prepararemos un menú degustación, donde encontrarás algunos platos que aún perduran, como la txuleta, el pescado o la gamba, combinándolo con productos de temporada en óptimas condiciones que irán variando".
El japonés mantiene una trayectoria importante a sus espaldas, ya que anteriormente trabajó, mano a mano durante 10 años, en el Asador Etxebarri junto al chef Bittor Arginzoniz. Abrió el restaurante Txispa a 200 metros de su maestro en medio del Parque Natural de Urkiola, donde cerca del caserío se halla un huerto en el que es un agrónomo japonés quien se dedica a desarrollar unos cultivos japoneses perfectos para su cocina.