Los meses de enero y febrero son una época ideal para los amantes de los viajes. Con la llegada del nuevo año, las aerolíneas y agencias de turismo lanzan ofertas irresistibles que permiten explorar nuevos destinos a precios más accesibles.
Muchos viajeros aprovechan este periodo para planificar escapadas y conocer rincones del mundo que quizá no estaban en sus planes iniciales. Desde escapadas urbanas hasta aventuras en la naturaleza, las posibilidades son infinitas.
Como dice el refrán, "para gustos, los colores". No todas las ciudades tienen el mismo encanto y, en función de su belleza, muchas se convierten en prioridades a la hora de elegir un destino. Mientras que algunas urbes destacan por su arquitectura histórica, parques impresionantes o vida cultural vibrante, otras pasan desapercibidas o, peor aún, adquieren una mala reputación por su estética descuidada o falta de atractivos turísticos.
Si viajas desde Euskadi, tienes varias opciones para recorrer Europa. Desde la capital vasca, Vitoria-Gasteiz, puedes encontrar vuelos, aunque las opciones son limitadas tanto en destinos como en horarios.
Por otro lado, el aeropuerto de Bilbao ofrece una mayor disponibilidad, con conexiones a numerosas ciudades europeas. Dependiendo de la flexibilidad y el destino deseado, elegir uno u otro puede marcar la diferencia en tu planificación.
Vuelo directo a la ciudad más fea del mundo
Sin embargo, hay una peculiaridad interesante: el aeropuerto de Foronda, en Vitoria, cuenta con un vuelo directo a una ciudad que ha sido catalogada como la más fea del mundo, Charleroi.
Este destino puede no estar en la lista de prioridades de muchos viajeros, pero su conexión con Euskadi abre una curiosa puerta a aquellos que buscan explorar Bélgica sin necesidad de hacer escalas.
Charleroi ha sido nombrada en múltiples ocasiones como la ciudad más fea del mundo debido a su estética industrial y su falta de encanto arquitectónico. Durante décadas, la ciudad ha sido un importante centro minero y siderúrgico, lo que ha dejado su huella en el paisaje urbano con fábricas abandonadas y una infraestructura descuidada.
Además, la ciudad ha sido criticada por sus altos índices de criminalidad, especialmente en ciertas zonas durante la noche, lo que ha llevado a que se gane una reputación poco halagadora.
A pesar de su fama, Charleroi ofrece algunas visitas interesantes para quienes decidan explorarla. Puedes recorrer el Museo de la Fotografía, uno de los más prestigiosos de Bélgica, o visitar la iglesia de San Cristóbal, con su imponente cúpula dorada. También puedes pasear por las antiguas minas reconvertidas en espacios culturales o explorar los murales de arte urbano que intentan dar nueva vida a la ciudad.
Lo mejor de todo es que, si Charleroi no te convence, tienes la posibilidad de tomar un autobús directo que conecta el aeropuerto con Bruselas en poco más de una hora. Este servicio opera durante todo el día, lo que te permite descubrir la maravillosa capital europea, con sus impresionantes plazas, museos y su ambiente vibrante. Así que, aunque llegues a una ciudad poco atractiva, siempre tienes la opción de sumergirte en la belleza de Bruselas y sus alrededores.