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Lunes de Pascua, y tras la resurrección de Cristo, el mundo está de luto. En la mañana de este lunes el Papa Francisco ha fallecido a sus 88 años. El Pontífice que regresó el pasado 23 de marzo al Vaticano tras 38 días hospitalizado por neumonía. 

Casi un mes después y tras su última aparición en público coincidiendo con el Domingo de Resurrección en el que se asomó al balcón principal de la basílica de San Pedro para impartir la bendición 'Urbi et Orbi', ya descansa en paz. 

El Papa Francisco ha realizado, a lo largo de sus 12 años como pontífice, numerosas visitas por todo el mundo como su viaje a Lampedusa tras la muerte de cientos migrantes. 

El Papa Francisco no visitó Euskadi

Sin embargo, le quedó pendiente la visita a Euskadi. En numerosas ocasiones, Francisco ha sido invitado por Íñigo Urkullu, en su mandato de lehendakari. Concretamente, en 2015 y 2017 a través de carta oficial y con motivo de eventos como el primer año jubilar del Camino de San Ignacio. 

Por esta razón, se le invitó a que visitara el Santuario de Loiola, una de las basílicas más importante del País Vasco. Además, por su estructura aunque en pequeñas dimensiones evoca al imponente Vaticano. Este templo, enclavado en el corazón de Gipuzkoa, es una joya barroca que no solo destaca por su arquitectura, sino también por su profunda importancia histórica y espiritual.

Santuario de Loyola / Gipuzkoa Turismo

La Basílica de Loyola forma parte del Santuario de Loyola, un complejo religioso construido en honor a San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Su diseño, concebido en el siglo XVII, se inspira en la monumentalidad de la arquitectura barroca italiana. Lo más impresionante es su imponente cúpula de 65 metros de altura, que evoca, en menor escala, la majestuosa cúpula de San Pedro en el Vaticano. Este elemento arquitectónico, acompañado de su fachada ornamentada y su planta centralizada, la convierten en una obra única en el panorama español.

El interior de la basílica deslumbra por su riqueza decorativa. Mármol, bronces y frescos adornan cada rincón, creando un espacio de gran solemnidad y belleza. La cúpula, con sus impresionantes proporciones, se convierte en el epicentro visual del templo, atrayendo la mirada hacia el cielo y recordando el propósito divino del lugar. El altar mayor, dedicado a San Ignacio, resalta por su esplendor dorado y por la escultura del santo, quien vivió en la casa contigua antes de emprender su camino de espiritualidad y transformación.

El Papa Juan Pablo II sí visitó la basílica de Loyola

Además de su relevancia arquitectónica, la Basílica de Loyola es un centro de peregrinación y espiritualidad. Miles de fieles y turistas la visitan cada año para conocer más sobre la vida de San Ignacio y experimentar la atmósfera de recogimiento que impregna el lugar. Su entorno, rodeado de montañas y naturaleza, añade un atractivo especial, haciendo que la visita sea una experiencia única tanto desde el punto de vista religioso como artístico.

Tal es la importancia de este santuario que el Papa Juan Pablo II si lo visitó en 1982, en una de sus peregrinaciones por España. Su presencia reafirmó la relevancia de Loyola dentro del mundo católico y la conexión profunda entre la figura de San Ignacio y la Iglesia universal. Durante su visita, el pontífice destacó el papel de los jesuitas en la evangelización y la educación, reforzando el legado de su fundador. Con este acontecimiento, la Basílica de Loyola se consolidó aún más como un punto de referencia espiritual de primer orden.

Así era el Papa Francisco

A pesar de que no visitó Euskadi, el Papa Francisco ha sido ejemplo para muchos. Coprometido con la paz, el diálogo y fiel luchador contra los abusos.  

Ha centrado su atención en las personas vulnerables y en los últimos meses reforzó su llamamiento por la paz y contra la guerra en Ucrania y en Gaza. En multitud de ocasiones habló de la existencia de una tercera Guerra Mundial por partes.

El Papa Francisco en su último llamamiento a Ucrania / Vaticano

Otra de sus declaraciones más recordadas fue en el avión de regreso de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro. "Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad ¿quién soy yo para juzgarla?", planteó.

Entre sus decisiones más recientes destaca las bendiciones a parejas homosexuales, divorciados vueltos a casar y a parejas que conviven sin casarse, que provocó una cascada de críticas entre los más conservadores dentro de la Iglesia y oposición por parte de los obispos africanos. Francisco también permitió que homosexuales y trans sean padrinos de bautizo siempre que no haya "riesgo de escándalo".