Euskadi guarda rincones sorprendentes. Sus hermosas montañas verdes guardan valles de ensueño y pueblos llenos de tradición. Sus costas únicas sirven playas inesperadas de arena dorada y acantilados capaces de cautivar a todos los curiosos que se acercan.
Los tramos entre los bosques, ríos y localidades antiguas revelan paisajes de cuento, como lo son las tradicionales Salinas de Añana, lugar que mantiene su historia viva desde hace siglos y llama la atención a los turistas. Es el caso del tiktoker Romancito (@romansocias).
El rincón de ensueño que enamoró a Romancito
El tiktoker argentino Romancito, que lleva viajando por distintos lugares de España desde hace tiempo, visitó Euskadi hace unos días y se quedó asombrado con las Salinas de Añana, en la provincia de Álava, un paraíso para muchos.
"¿Sabías que en el País Vasco se encuentra la fábrica de sal en funcionamiento más antigua del mundo? Se trata del valle salado de Añana", comienza el vídeo. "Estas salinas crean un paisaje único y la sal que allí se produce es considerada una de las mejores del mundo, de hecho, es usada por varios restaurantes con Estrella Michelin".
"El agua salada proviene de unos manantiales cercanos y tiene hasta 7 veces más sal por litro que el mar Cantábrico. Actualmente, está gestionada por una fundación sin fines de lucro y tiene varias modalidades de visita", continúa.
"Yo elegí la que incluye la cata. El recorrido inicia con un guía explicando el proceso de extracción de la sal, luego sigue una cata de sales en diversos estados y finalmente un pequeño spa donde puedes disfrutar de los beneficios de esta agua en tu piel", añade.
El valle más salado del mundo
A pocos minutos de la capital vasca, Vitoria-Gasteiz, se halla, como destaca la web oficial de Turismo Euskadi, una de las "industrias más antiguas del mundo". Un lugar donde se ha producido la sal de manera "ininterrumpida" durante más de 7.000 años.
Este se "asienta sobre una burbuja de sal de un antiguo mar de hace 200 millones de años". Un paisaje al aire libre compuesto de "miles de plataformas de evaporación" creadas por "cientos de generaciones de salineros" con madera, arcilla y piedra.
"Sobre ellas se vierte el agua salada que surge de forma natural de los manantiales para la obtención de sal por evaporación solar. Una peculiar y extensa red de canales de madera distribuye el agua por gravedad hasta los puntos más recónditos de las salinas", apunta.
En el año 2009 nació la Fundación Valle Salado que oferta cinco tipos de sal natural "rica en oligoelementos" y que usan decenas de cocineros y chefs en todo el mundo, como lo son la Flor de Sal, Sal líquida, Sal fina, Sal de Manantial y Chuzo de Sal.
Esta fundación, además, permite que los visitantes puedan realizar visitas para conocer la historia del valle y observar su arquitectura. "Hasta el momento más de un millón de personas han paseado por las sendas de las salinas convirtiéndose en prescriptores del proyecto de recuperación y de la Sal de Añana".
En 2015 obtuvo el Gran Premio del Jurado de los Premios Europa Nostra. En 2017, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reconoció el valle como un Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), "el primero de Europa".
No solo es parte de la Lista de Indicativa para Patrimonio Mundial de la UNESCO, sino que en 2019 la Red Europea de Patrimonio Industrial (ERIH) le otorgó el 'Anchor Point', que es un reconocimiento muy importante en cuanto al patrimonio turístico industrial. Esta consideró el valle un lugar de "importancia excepcional" gracias a su "experiencia innovadora y de alta calidad al visitante".