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No son pocos los jóvenes vascos que salen de Euskadi en busca de una vida digna. Lo acaba de hacer Adriana Aparicio recientemente. La comunicadora ha terminado en Bélgica después de haber trabajado como becaria por 1.600 euros en el país. Recibió una llamada hace unos días y ya tiene trabajo indefinido en el que cobrará unos 2.000 euros. 

De esta manera, Adriana forma parte de los más de 100.000 jóvenes vascos que han tenido que emigrar para vivir mejor en el extranjero, según EFE. Ahora, se enfrenta a un coste de vida más elevado, pero ello no le supone un problema porque su salario digno le permite ahorrar, algo que no podía hacer en el territorio vasco. "Ahorré ganando 1.600 euros como becaria", afirma para CRÓNICA VASCA.

Un alivio 

"El sueldo mínimo en Bruselas en más alto que en España, la mayoría cobra más de 2.000 euros", asegura con tono de alivio. Eso sí, los alquileres no dejan de ser caros. Aunque Adriana vive actualmente en un 'coliving' (vivienda que comparte con otras 12 personas) y disfruta de un hogar "enorme" con todos los servicios básicos y extras incluidos, ello le supone 700 euros al mes

"¿Es mucho? Una barbaridad", admite. Sin embargo, piensa en esta misma experiencia en Euskadi y cree que le saldría igual de precio, pero percibiendo un salario más bajo. "Me parece que, al final, saldría más caro allí si hacemos la comparativa del mismo tipo de alquiler y vida". 

Por lo menos, opina que en Bruselas, aunque "todo es más caro", los salarios están en equilibrio con el nivel de vida al ser elevados. Incluso a la hora de hacer la compra llega a observar precios baratos en el Aldi o Lidl, supermercados donde acude. 

"En Lidl apenas hay diferencias en los precios si se comparan con Euskadi, no hay tanta diferencia", confirma Adriana. Teniendo todo ello en cuenta, le da margen para poder guardar un poco de dinero. "Tienen mejores sueldos, pero mejores precios y ello permite ahorrar, de hecho yo ahorré ganando 1.600 euros", añade. 

Uno de los mayores problemas de la sociedad vasca, apunta Iratxe Uriarte, portavoz del Consejo de la Juventud de Euskadi (EGK), es la dificultad para poder generar un colchón económico, pues los bajos sueldos y los precios altos de acceso a la vivienda no permiten el ahorro, por lo que las familias tienen que ser las que ayudan a sus hijos en muchas ocasiones. Una problemática a la que no se enfrentará Adriana mientras viva en el extranjero.