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Euskadi acaba de cerrar, sin avisos, uno de los restaurantes más icónicos de su región, el Palacio de Anuncibai, en Llodio (Álava). Tal y como han confirmado fuentes cercanas, este establecimiento dejó de funcionar el pasado 5 de diciembre, según expone Radio Nervión El Palacio Anuncibai de Laudio cierra sin avisar: «Mi amigo se casa en mayo y se ha enterado por terceros». 

Otras fuentes también lo han podido confirmar, como un hombre que asegura para el programa El Madrugador de la radio mencionada que su amigo "se casa en mayo y había reservado la comida en el Palacio Anuncibai. Resulta que, por terceros, se ha enterado de que ha cerrado".

Adiós a un icono

La pareja que se iba a casar en el Palacio de Anuncibai ya había dejado una señal por adelantado, según explica el amigo. "No solo eso, habían pagado fotógrafos, transporte y muchas más cosas. Ahora quedan cinco meses y están buscando una alternativa, que es difícil, y encima se han enterado por terceros", ha relatado. 

Al establecimiento han acudido personas que tenían reservas para comer y se lo han encontrado cerrado, aún no se sabe si de manera definitiva. El restaurante se halla actualmente en concurso de acreedores, como confirma Radio Nervión, ya que este figura en el Registro de Información Concursal de España, donde aparece como procedimiento 435/2025.

El palacio por fuera. Palacio Anuncibai

El palacio, en pie desde 1993 y que acabó hace unos años en manos de un empresario con otros negocios hosteleros, todavía mantiene su web en funcionamiento. Este, como señala la web, se posiciona como uno de los más hermosos de Euskadi y cuenta con más de 35 años de experiencia, convirtiéndose en una referencia gastronómica. 

Su cocina fusionaba la tradición y la vanguardia, y trabajaba ingredientes y sabores de la tierra con mucho mimo, como carnes deliciosas, pescados frescos, y hortalizas y verduras. 

Hoy, será recordado como lo que fue: un lugar que reunía paz y alegría alrededor de sus mesas del comedor. Un espacio en el que el tiempo se detenía y las conversaciones nunca tenían fin.