El alumno de la Universidad del País Vasco que el miércoles entró armado con una escopeta y abrió fuego en la Facultad en la que estudia causando destrozos en sus instalaciones ha pasado este viernes a disposición judicial. El departamento vasco de Seguridad ha informado de que, al finalizar las diligencias policiales, el arrestado en el campus vizcaíno de Leioa, acusado de un delito de daños, ha pasado a disposición del Juzgado de Guardia de Getxo.



Fuentes de la investigación han informado de que barajan como principal hipótesis que el joven pretendía con su ataque causar daños en la institución académica pero que no pretendía ocasionar daños personales.



El miércoles por la tarde un estudiante acudió al campus con una escopeta y disparó más de 20 veces primero contra las cristaleras desde el exterior y después dentro de la Facultad de Ciencia y Tecnología donde estudiaba, contra diversos objetos. Durante el ataque intentó tranquilizar a las personas que se encontraban en el campus repitiendo que "esto es contra la Universidad" y que no quería herirlas.



Tras ese episodio, el joven huyó del campus desarmado, en dirección a la carretera de La Avanzada por el pequeño jardín botánico o "Arboretum" que existe en la parte trasera de las Facultades de Ciencias y Tecnología y de Medicina y Enfermería, y poco después fue arrestado por agentes de la Ertzaintza.



El alumno de la UPV/EHU, que vive en la localidad guipuzcoana de Andoain, había comprado el arma esa misma mañana a un ertzaina con quién había contactado a través de internet. Ambos acudieron ese día al cuartel de la Guardia Civil de Bilbao para cambiar el nombre del titular de la escopeta y después el estudiante práctico con ella antes de disparar en el campus.



El joven tenía licencia para usar armas tipo E desde hace cuatro meses, cuando lo obtuvo en la Comandancia de San Sebastián. El arma empleada en el tiroteo en el campus era del calibre número 12 y marca FABSRM, han concretado fuentes del caso.



La Facultad de Ciencias y Tecnología retomó ayer las clases con normalidad mientras operarios se afanaban en limpiar los cristales y retirar los objetos destrozados, mientras las personas que presenciaron el tiroteo trataban de superar el miedo por los momentos vividos.