La Guardia Civil desaloja de un vuelo Bilbao-Frankfurt a un pasajero que había obligado a abortar el despegue del avión del aeropuerto de Loiu tras exigir sentarse en primera clase. Según han informado fuentes de subdelegación del Gobierno en Bizkaia, los hechos ocurrieron hace una semana, cuando la Guardia Civil tuvo que personarse en el aeropuerto a requerimiento del comandante de la aeronave por el comportamiento del pasajero, cuya actitud, obligó a suspender la maniobra de despegue.
Al parecer, el pasajero exigía sentarse en primera clase cuando tenía asignado otro asiento. Debido a la gravedad de los hechos, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) estipula sanciones de hasta 90.000 euros. El desalojo lo llevaron a cabo guardias civiles de la Sección Fiscal y de Fronteras del aeropuerto de Bilbao, tras recibir un aviso del Centro de Coordinación de Operaciones del aeródromo vizcaíno en el que se les comunicaba que el comandante de un vuelo que operaba la ruta Bilbao-Frankfurt había tenido que suspender la maniobra de despegue por la conducta de uno de los pasajeros.
Los agentes se personaron de inmediato en la zona de la pista, donde el comandante había tenido que estacionar el avión, y accedieron a su interior para la resolución del incidente. Ya a bordo, los agentes, por indicaciones de la tripulación, identificaron al pasajero y lo pusieron bajo custodia de dos guardias civiles.
Mientras, otro agente se entrevistó con el personal de la aeronave, quienes relataron que cuando el avión había comenzado las maniobras de despegue, el pasajero se levantó de su plaza exigiendo sentarse en primera clase teniendo otro asiento asignado.
La tripulación le requirió que volviera a tomar asiento ya que estaba poniendo en riesgo la seguridad propia y del resto de pasaje. Sin embargo, el pasajero hizo caso omiso a las indicaciones y continuó insistiendo en su pretensión de sentarse en primera clase, caminando por el pasillo del avión e incumpliendo las medidas sanitarias obligatorias.
Antes tales hechos, los agentes le instaron a abandonar la aeronave al pasajero conflictivo, acompañando al mismo hasta la salida de la terminal del aeropuerto de Bilbao. Durante este trayecto, el pasajero cometió continuas faltas de respeto hacia los agentes y menosprecio hacia su labor, profiriendo gritos ante los usuarios de la terminal.