Desconocidos han derribado la cruz de Ganalto que se encontraba en la cima de la sierra de Badaia, en Álava, cuyo origen se remonta al año 1900. La Ertzaintza ha abierto diligencias para investigar lo sucedido y poder identificar a los autores del sabotaje, que han serrado las bases metálicas que sostenían el símbolo cristiano. El Obispado de Vitoria ha condenado este ataque y ha recordado que esta cruz "no está ligada a ninguna ideología política", ya que "pertenece a toda la Humanidad".



Ha lamentado que solo desde la "intolerancia, el odio y la violencia" se puede actuar así y ha señalado que quienes por motivos ideológicos "son incapaces de convivir y lo único que les mueve es querer borrar la identidad y la fe deben recapacitar, ampliar su mentalidad y cambiar de conducta".



Tras condenar la agresión al "símbolo más representativo del cristianismo", el Obispado ha solicitado públicamente su reconstrucción lo antes posible", en un tiempo en el que "respetar la cruz es respetar el mensaje del evangelio de Jesús, más necesario que nunca ante un mundo ensombrecido por guerras y dramas humanitarios".



A finales de diciembre de 2018 unos desconocidos sabotearon también utilizando medios mecánicos la cruz ubicada en el monte Olárizu de Vitoria a la que ocasionaron importantes desperfectos.



Esta cruz ha estado inmersa en una polémica ya que el concejo de Mendiola decidió eliminarla o trasladarla por considerarla un monumento franquista, pero el Ayuntamiento de Vitoria, al que pertenece el concejo, siempre ha defendido preservarla al entender que su origen no está ligado a la dictadura, sino que el franquismo se había apropiado de ella posteriormente.