Con más de una década ya en fuera de juego para suerte de la sociedad vasca, todavía siguen apareciendo de vez en cuando depósitos de armas de ETA. Los vestigios de la violencia de la banda terrorista, tres años después de su disolución definitiva, siguen apareciendo de cuando en cuando de forma accidental como recuerdo de la actividad armada que ETA desarrolló 59 años sembrando la violencia por Euskadi, el resto de España y Francia.
El último hallazgo, el revelado este sábado por el diario francés Sud-Ouest en Accous. En esa localidad, ubicada en el Pirineo francés al norte de Aragón, las autoridades francesas encontraron el pasado mes de julio cinco depósitos de explosivos, de 30 kilos cada bidón, que se atribuyen a la banda terrorista.
El hallazgo, al igual que el del pasado otoño en Ataun, se dio de forma accidental: los explosivos fueron hallados por un agricultor en un muro de piedra que servía para marcar los límites de un parcela en las afueras de Accous. El agricultor avisó a las autoridades y hasta el lugar se desplazó un grupo de artificieros para hacerse cargo de los explosivos. Según ha relatado el alcalde de la localidad al diario francés en los bidones figuraba escrito 'nitrato de amonio' en euskera. La investigación sobre el hallazgo está en manos de la Fiscalía Antiterrorista de París.