El hombre acusado de intentar matar a su novia en un ataque de celos arrojándola de un coche en marcha entre los montes San Marcial de Irun y Jaizkibel de Hondarribia, ha sido condenado a cinco años de cárcel por la Audiencia de Gipuzkoa.
Además, tal y como informa EFE, el inculpado deberá cumplir además 18 días de localización permanente, 56 de trabajos en beneficio de la comunidad, y no podrá aproximarse a su víctima ni comunicarse con ella durante 18 años, prohibición que será controlada con una pulsera telemática.
Inicialmente, la Fiscalía solicitaba penas que sumaban trece años de cárcel para el acusado por una tentativa de homicidio y distintos delitos de maltrato y vejaciones.
Ha reconocido los hechos
No obstante, al inicio del juicio por estos hechos celebrado este lunes en la Sección Tercera de la Audiencia provincial, el procesado ha reconocido los hechos y, tanto el Ministerio Público como la acusación particular que ejerce la víctima, han accedido a rebajar sus respectivas peticiones de condena para el hombre.
El intento de homicidio tuvo lugar el 31 de diciembre de 2021, cuando la pareja regresaba en coche desde Madrid a Irun, donde se dirigieron al monte San Marcial y, ya en el exterior del vehículo, mantuvieron una discusión "motivada por los celos" del varón.
En el transcurso de esta disputa verbal, el procesado agarró por los pelos a la mujer, la introdujo a empujones en el coche y la situó en el asiento del copiloto, al tiempo que le decía reiteradamente que iba a acabar con su vida y en una oportunidad le espetó: "nos vamos a matar".
La empujó fuera del automóvil
Seguidamente, "condujo a gran velocidad" hasta que en un momento del trayecto, abrió la puerta del copiloto, desabrochó el cinturón de seguridad de la mujer y, "con ánimo de causar su muerte" y sin cesar la marcha, "la empujó hacia fuera" del automóvil, mientras las piernas de la chica quedaban "suspendidas en el aire" durante varios minutos en los que se golpeó "con la puerta y con la calzada".
Al mismo tiempo, el hombre le gritaba: "me voy a arrojar por un precipicio y voy a acabar con la vida de los dos", hasta que al llegar a la altura del campo de tiro de Jaizkibel —según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía—, la perjudicada logró arrojarse al suelo aprovechando un momento en el que un segundo coche que circulaba por la vía se interpuso delante del vehículo del acusado, quien se vio obligado a "aminorar la marcha".
A consecuencia de este incidente, la perjudicada sufrió diferentes lesiones, equimosis y abrasiones de las que tardó ocho días en recobrarse.
Este es el episodio más grave vivido por la mujer en los siete años de relación sentimental que mantuvo con el acusado, con el que convivió siete años en un domicilio de Irun, donde el varón sometió a la chica a "violencia psíquica y física de manera habitual".
Trato violento
A lo largo de este período, con su "trato violento", el hombre creó en la relación "un clima de angustia y miedo" con el que "sometió a su pareja a violencia psíquica y física de manera habitual en forma de empujones, golpes, insultos y vejaciones" y "llegando incluso a romper el mobiliario doméstico".
En este contexto, también "era habitual" que se dirigiera a la mujer "con ánimo de humillarla" mediante expresiones como: "no vales la pena, no eres una madre, hija de puta, malparida y cabrona".
En uno de estos momentos en los que el encausado "se tornó agresivo" empujó contra la pared de la vivienda a la víctima, hasta que el hijo de la mujer, menor de edad, tuvo que intervenir "para separarles".