Los estragos de Kirk: cuarenta vuelos cancelados, retrasos en Metro Bilbao y cortes de luz

Euskadi se encuentra en alerta naranja debido a los efectos de la borrasca Kirk, un fenómeno meteorológico que ha llegado a la región con fuertes vientos, lluvias intensas y oleaje peligroso.

Las consecuencias se han dejado sentir en forma de vuelos cancelados, cortes de luz o numerosas incidencias por la caída de árboles yu mobiliario urbano. Miles y miles de ciudadanos vascos se han visto afectados de una forma u otra. 

El huracán Kirk, convertido ya en una potente borrasca, tocaba suelo en la Península en la mañana del miércoles. Y la zona norte de España se llevaba la peor parte al sentir con mayor intensidad sus efectos.

Según el último parte, publicado al final de la tarde, la borrasca había provocado caídas de ramas, árboles o partes de mobiliario urbano, sumando 800 incidencias por rachas de viento desde las 21.00 horas de este pasado martes; 88 de las incidencias han ocurrido en Álava, 389 en Bizkaia y 139 en Gipuzkoa.

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Una de estas incidencias, de las más graves, ha sido el derribo de un árbol de grandes dimensiones sobre la carretera en la calle Madrid, junto al parque de Deba, en Vitoria, que ha obligado a cortar tanto un carril en superficie como los carriles del túnel que viene desde el centro comercial Boulevard en la calle Zaramaga. 

El árbol ha golpeado también la trasera de un automóvil que circulaba por ese punto, sin que se hayan generado heridos.

También en Álava, las rachas de fuerte viento han ocasionado la rotura de una carpa de grandes dimensiones en la ikastola del municipio de Amurrio, además han tenido que acudir dos veces a la gasolinera de Pobes, debido al desprendimiento de lamas de su tejado. 

El transporte

Kirk creaba problemas sobre todo en el transporte. En Bilbao, la red de Metro Bilbao sufría retrasos generalizados por problemas técnicos, en concreto a una incidencia en una instalación técnica en Bolueta.

Además, según fuentes de Aena, el número de vuelos cancelados durante toda la jornada en el aeropuerto de Loiu ascendía a 42, mientras que otros 19 eran desviados, dejando a miles de pasajeros en tierra.