Aburto y el silencio ante los homenajes a etarras
Al comienzo de la Semana Grande de Bilbao al alcalde de capital vizcaína, Juan Mari Aburto, no lo tembló la voz al denunciar los casos de agresiones sexuales, robos, hurtos y demás "acciones incívicas" que se produjeron en las fiestas de Vitoria y San Sebastián, y en los primeros días de la Aste Nagusia bilbaína. Sin embargo, al tiempo que denuncia este tipo de hechos, Aburto sigue callando ante los numerosos homenajes a los presos de ETA realizados bajo el paraguas de estas fiestas. Una falta de actitud crítica que provoca el descontento de los colectivos de víctimas, que este año vuelven a ver como impunemente se trata a etarras condenados como "martires" y "héroes".
Aburto calla, y sigue disfrutando de unas fiestas opacadas por un aumento de los robos, las agresiones y los tocamientos, que tienen a los agentes de la Policía Municipal y de la Ertzaintza cerca de alcanzar un punto límite. Sobre esto, el alcalde de Bilbao sí pide responsabilidad y condena dichas acciones delictivas e "incívicas", pero ante el apoyo claro a ETA y a quienes fueron parte de ella, Aburto opta por esconderse y por no condenarlos de ninguna manera, para quizás, no enfadar a ciertos sectores de la sociedad ni a ciertos partidos políticos rivales.