Una de las grandes apuestas del Gobierno de Pradales —que cumple, por cierto, un año— era conformar, en un plazo de seis meses, un gran Pacto Vasco de Salud.
Los tiempos, como suele ocurrir con estas cosas, no se han cumplido, aunque todavía —después del trabajo de los últimos meses— el consejero de Salud, Alberto Martínez, se mostraba optimista con que el pacto se pudiese materializar antes de que finalice este mes.
Pero parece que las expectativas del consejero no van por buen camino. El asunto de la privatización está complicando, y mucho, el consenso entre los participantes de la Mesa de Salud.
Ya se evidenció en la última reunión, la novena, y aún más esta misma semana, cuando en el grupo de trabajo 'Colaboración Público-Privada' quedó más que patente la falta de consenso en cuanto a este aspecto.
La propuesta del Gobierno vasco en torno a la sanidad privada no gusta a Bildu y sindicatos, entre otros, y esto hace peligrar, cada vez más, el gran pacto de Osakidetza.