Tiene razón el secretario de Acción Política de EH Bildu, Arkaitz Rodríguez, cuando asegura que a los vascos ahora mismo les preocupa más la vivienda que los casos de violencia política. Toda la razón. Pero eso no es óbice para que haya que reclamar a los partidos de la izquierda abertzale más dureza y menos tibieza para rechazar los actos de sus juventudes de Ernai.
Este colectivo juvenil atacó esta semana la sede del PP en Bilbao. Así lo reivindicaron ellos mismos. Y Rodríguez, hasta hace nada también secretario general de Sortu, no condena esos hechos ni exige públicamente que dejen de hacerse ni se aleja de ese grupo de jóvenes. Rechaza los ataques, pero no señala a sus responsables, en suma, en una pirueta dialéctica casi increíble de creer.
Tal y como informaban Efe y Europa Press, este pasado viernes Rodríguez aseguraba en una entrevista radiofónica que su formación no respalda y rechaza situaciones como la pancarta aparecida Vitoria con amenazas contra varios representantes políticos y contra la Ertzaintza. Y se preguntaba: "¿Alguien piensa que EH Bildu va a estar haciendo pintadas? ¿A quién conviene este tipo de hechos? ¿A quién conviene hablar de estos temas y no de los grandes problemas que tiene esta sociedad?".
Agregaba además que que "nadie dijo ni mu, no se abrieron informativos y no acapararon portadas" las declaraciones del concejal del PP en Durango, Carlos García, en las que tildó al secretario general de EH Bildu, Arnaldo Otegi de "despreciable terrorista" y consideró que la formación siberanista debería "estar fuera de las instituciones, como el partido nazi en Alemania y el partido comunista en casi toda Europa".
"Por contra, un anónimo pone una pancarta y se crea un ruido enorme. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué cuando sucede algo así debemos estar los siguientes dos, tres o cuatro días hablar de estas cosas como si no hubiera problemas más graves en este país?".
La pancarta es anónima, sí, pero no el ataque a la sede del PP en Bilbao ni la retirada de una bandera nacional de un edificio público ni los disturbios en San Sebastián ni el ataque al toro de Osborne, etcétera.
Con este discurso Rodríguez, y por ello Sortu y Bildu, no contribuyen a la convivencia. Hace falta más rotundidad cuando se habla de violencia política, venga de donde venga.
