Andueza 'se pasa de frenada' fiscal
Que el ciclo electoral está a punto de abrirse y eso requiere distanciamientos políticos es de perogrullo y, hasta cierto punto, comprensible en política. Va acercándose el momento de que los partidos marquen perfil y eso significa que el ambiente de consenso pronto se convertirá en uno de disenso. Pero hay que saber dónde está el límite de las formas, cuál es la frontera entre el gesto y la pataleta. El movimiento del PSE revelando el viernes, de antemano, las medidas fiscales del Consejo Vasco de Finanzas suena más a pataleta que a gesto.
Puede ser que la deflactación del 2% del IRPF para 2023 sea insuficiente, pero los socialistas podrían haber encontrado otras formas de mostrar su descontento con las medidas jeltzales más adecuadas. La presión del debate fiscal en el conjunto de España no puede ser excusa para faltar al respeto de esta manera a los socios de gobierno de las tres capitales, un buen puñado de ayuntamientos, las tres diputaciones y el Gobierno vasco.