Andueza y la habilidad de no perder el tiempo
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Durante las semanas previas a las elecciones vascas del 21-A, el secretario general del PSE-EE y candidato a lehendakari, Eneko Andueza, ocupó buena parte de su tiempo, su discurso y sus esfuerzos a no presentarse como un mero segundo al mando. Quería mostrar sus dotes presidenciales y evitar que se les asociara a él y a su partido directamente con el PNV. Algo perfectamente lógico después de 8 años de coalición en el Ejecutivo vasco.
Pero pasadas las autonómicas y logrado el objetivo -el PSE consiguió 12 escaños, dos más que en 2020-, se acabó el tiempo para la teatralidad. El dirigente socialista tardó poco en recoger la propuesta lanzada por el candidato del PNV, Imanol Pradales, y accedió ipso facto a sentarse a negociar la composición de un nuevo equipo de Gobierno. No sin antes dejar claro que su mayor peso en el Parlamento vasco debía suponer también un mayor peso dentro del Ejecutivo.
Para algunos, como el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, sorprenden las 'prisas' de jeltzales y socialistas se han tomado para dar inicio a estas conversaciones. A su juicio ambos "están corriendo por cerrar un acuerdo de Gobierno en el que se reparten los cargos", pero la realidad es que Andueza está cumpliendo lo que se esperaba da él: facilitar la composición de un nuevo Gobierno para, sin redundar en quién debería ocupar Ajuria Enea, ponerse a trabajar cuanto antes en la reestructuración y la solución de los problemas de Euskadi. Que no son pocos.