A punto de abandonar su puesto el próximo 31 de julio, el CEO de Siemens Gamesa, Jochen Eickholt, deja el testigo a su sucesor, Vinod Philip, en un momento sumamente complicado pero al menos con el "balón de oxígeno" que han supuesto los avales de 1.200 millones de euros concedidos por el Gobierno central junto a un pool formado por media docena de bancos.
De esta forma, Siemens Gamesa puede respirar antes de volver a contener la respiración para dar forma al ERE anunciado por la compañía el pasado mes de mayo y cuyas negociaciones con los sindicatos, previstas para mediados de este mismo mes, ha retrasado a septiembre. Le tocará entonces a Philip liderar la gestión de estas circunstancias adversas y defender, mediante un plan de viabilidad, el futuro y las amenazas de la compañía a corto plazo de modo que la reestructuración sea lo menos dañina posible para la plantilla.
Los avales no deben caer en saco corto, sino ayudar a levantar una compañía "estratégica" no sólo para Euskadi sino también a nivel mundial, que, a cambio, se ha comprometido a mantener los centros de producción y los puestos de trabajo en España.