Naroa Franco aspira a ser una de las nuevas estrellas del reguetón. Con tan solo 20 años, esta vasca ya cuenta con ocho canciones y este mismo mes lanza su nuevo single ‘Doce de la noche’, un mambo con melodías de reguetón. Pero Naroa, como cantante, es más conocida como Nawi. Su nombre artístico proviene de la lengua indígena náhuatl y significa cuatro. Además del parecido que tiene con su nombre real, el cuatro es su número favorito y de la suerte, el que le ha acompañado siempre y le representa. Además, compagina su carrera musical con sus estudios universitarios de Marketing en la UPV/EHU. 

Desde pequeña Nawi ha estado ligada al mundo de la música. Recibió clases de canto y de piano, estuvo en el coro de su colegio y al terminar el bachiller, decidió arriesgar y dar el salto de manera profesional. “Busqué productores y directores de arte” —explica— y así, en diciembre de 2020, publicó su primera canción ‘Salvaje’. “Era de las primeras veces que estaba en un estudio profesional. Estaba muy nerviosa y al principio no me salía la canción, pero luego a la gente le gustó mucho el resultado”, recuerda. Además, ha sido un camino en el que siempre ha contado y cuenta con el apoyo de su familia y amigos y, especialmente con el de su madre, quien le acompaña siempre. También recuerda con especial cariño su primer concierto. Se celebró en Bilbao y, aunque fue un acto de pocas dimensiones, compartió cartel con otros compañeros de la industria de la capital bizkaina y, lo más importante para ella, fue estar rodeada de su gente más cercana. “Me lo pasé súper bien y la gente también lo disfrutó mucho”. 

Desde entonces, ha cantado en lugares como Barakaldo, Murcia, Tenerife o Logroño. Siempre, eso sí, respaldada por sus bailarinas. En este sentido, Nawi tiene presente a su escuela de baile de toda la vida porque cuenta con un gran abanico de bailarinas, sus propias compañeras —a quienes considera amigas— y a las que contrata para la puesta en escena de los conciertos y sus videoclips. “Tuve que dejar el equipo de baile cuando empecé en la música porque era una responsabilidad y no me podía comprometer, pero siempre he seguido formándome y recibiendo clases en esta misma escuela con los compañeros y profesores de siempre”, señala. 

Actualmente, su referente principal es Karol G, aunque reconoce que se inspira en todo tipo de artistas y estilos musicales. “Desde pequeña he escuchado pop, jazz, blues, hip-hop, flamenco… y toda esa variedad también vive dentro de mí”, cuenta. David Bisbal, Justin Bieber, Ariana Grande o Rihanna son algunos de los cantantes que escuchaba y, hoy en día, sigue haciéndolo, sobre todo con Ariana Grande.

Nawi, que en lengua indígena náhuatl significa cuatro

 

Reguetón y feminismo 

A pesar de que se define como una persona tímida y reservada, asegura que disfruta tanto en los escenarios, que su personalidad cambia completamente cuando se sube a uno de ellos. Se considera también “muy trabajadora y ambiciosa” y esto último, perseguir sus objetivos al máximo y sentir que está haciendo las cosas bien, es lo que le hace sentir empoderada.

Precisamente es el empoderamiento de la mujer lo que principalmente quiere transmitir a través de las letras de sus canciones, aunque admite que “cada letra tiene valores diferentes”. En este sentido, ¿se puede ser feminista y cantar reguetón?. Sin duda ella cree que sí. A su parecer, el reguetón ha dado “un giro de 360º” y considera que la gente se ha quedado anclada en las canciones de hace años, “sin pararse a escuchar las canciones actuales” de este género donde —señala— “las mujeres están en alza y se les da mucha importancia”. Respecto al contenido de las letras, opina que “los ‘reguetoneros’ cuando cantan, se meten en un papel y hace años esas letras machistas sí vendían”. “Hoy en día creo que las letras están muy controladas y que cada vez hay menos letras machistas de las que había antes, de hecho las que existen todavía no triunfan del todo”, explica. Aun así, sostiene que sí hay letras sexualizadas, “pero eso lo puede cantar tanto un hombre como una mujer”. 

No se ha sentido discriminada por ser mujer, pero sí reconoce que esta es una industria donde la presencia femenina es escasa todavía. “La mayoría de directores de arte que conozco son hombres y lo mismo pasa con los productores o con los ingenieros de sonido”, explica la cantante. Respecto a la sexualización de la mujer, no lo ha sentido como tal, aunque sí que nota que en redes sociales las fotos en las que sale con menos ropa o con ropa ajustada, “suelen llamar más la atención que otras”. Por suerte, desde que comenzó su recorrido, los profesionales con los que se ha cruzado han sido “muy respetuosos" con ella, teniendo en cuenta que conoce casos en los que a otras chicas les han obligado a ponerse cierta ropa para que venda más. “Siempre he sido dueña de mis decisiones y soy yo la que decide lo que me quiero poner”, asegura. 

En cuanto a su futuro, tiene claro que el día que no pueda compaginar su carrera musical con su carrera universitaria, apostará por la música porque significará que le “está yendo bien” y defiende la idea de que “los estudios siempre estarán ahí y podría retomarlos”. Por el momento, mirando al presente, está “muy ilusionada” con la nueva canción que presenta el próximo 24 de marzo y poniendo la mirada en el futuro, espera “llenar estadios con gente que cante sus canciones a pleno pulmón”